CAP 7

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NO HAY NADA MÁS SINCERO QUE UN CORAZÓN ABIERTO EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE

Di un salto, sobresaltada en la cama despertando de golpe. Mi pecho subía y bajaba de forma acelerada, y estaba segura de que podía sentir mi pulso estremecer todo mi cuerpo, era un temblor lento pero repetitivo, me hacía sentir como alguien en alguna etapa temprana de párkinson.

¿Qué había sido eso?

La respuesta era que una pesadilla se filtró en mis sueños acabando con ellos. No recordaba exactamente cómo había sido, pero aún tenía la sensación de miedo estrujando mi pecho. Sabía que este tipo de cosas era normal, pero eso no impedía que me sintiera extraña, hasta el punto de empezar a suspirar lentamente tratando de calmarme, era horrible despertar así de golpe y sin saber que sucedía a mí alrededor.

Sentí como mi pecho se empezó a regular poco tiempo después.

De seguro tomar un poco de agua me relajaría.

Al girar en dirección a la mesita de noche para intentar tomar el vaso que acostumbraba a dejar allí, mis ojos cayeron en el reloj digital que reposaba a un lado, la hora marcaba las 3:45 de la mañana. Al instante me entraron ganas de llorar, pues sabía que no podría seguir durmiendo y me tocaría ir amanecida a clases.

Solté un quejido dramático y me sobé el rostro con las manos un poco molesta por mi absurda incapacidad de retomar el sueño al instante. Luego, bebí el vaso de agua de un solo trago. Aun contra todo pronóstico intentaría dormir.

Spoiler, fracasé.

Di mil vueltas en la cama, me acomodé de un millón de formas, incluso cambié las sábanas para sentirme más fresca, pero ninguna surgió efecto. No siempre me pasaba, pero cuando despertaba en la madrugada me era imposible volver a caer en los brazos de Morfeo, ya de por sí era difícil dormir a mi horario habitual.

Toda mi vida había sufrido de problemas para conciliar el sueño, ya que a la hora de acostarme me era imposible dormir, por ello, había creado un método de supervivencia que se basaba en buscar el libro más aburrido de mi plataforma virtual y leerlo hasta caer dormida, en el mejor de los casos no despertaba hasta el otro día, en casos especiales, como este, solía despertar a altas horas de la noche... o madrugada. Algunas veces anteriores ya había intentado leerlo al despertar en la madrugada, lastimosamente parecía no funcionar a esa hora.

Llena de impotencia estiré el brazo fuera de la sábana para tomar el celular entre mis manos. Me distraería ver videos, quizá eso me ayude a dormir.

Volví a fracasar...

Diablos.

Una hora después, ya me había aburrido de ver a chicos de mi edad hacer cosas locas y divertidas... entretenidas, pero todas muy similares. A pesar de que tenía varias aplicaciones de entretenimiento, lo quería hacer era hablar con él, aunque seguramente estaría dormido ya que, a pesar de la diferencia de horario, en su país también era de madrugada. Claro que, aun así, le dejaría un mensaje, tenía la excusa perfecta.

Eila: Adivina quién no durmió nada...

Lo había subestimado. Apenas mi mensaje llegó a su dispositivo, el "en línea" apareció debajo de su nombre, me sorprendió de forma astronómica ver su respuesta.

Aslan 💙: Por lo visto, los dos. ¿Tienes insomnio?

Eila: Casi, una pesadilla.

Aslan💙¿De aquellas en las que huyes de algún asesino?

Eila: No lo sé. No suelo recordar esas cosas. ¿Tú qué haces despierto?

Aslan y EilaWhere stories live. Discover now