CAP 17

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AMAR Y SER CORRESPONDIDO NO PARECÍA SER UNA UTÓPICO.

VIDEOLLAMADA EN CURSO:

Eila: No lo recuerdas ¿Verdad?

Aslan: Claro que lo hago

Eila: No, no lo haces.

Sonreí divertida por la situación, Aslan hizo lo mismo al otro lado de la pantalla. Sus labios entre abiertos me dieron una visión clara de sus largos y puntiagudos colmillos. Verlo sonreír lograba que se me acelerara el pulso y me hormigueara el estómago, tanto así que me enternecía el simple hecho de ver cómo sus ojos se achinaron.

Aslan: Dijiste que sería un viaje por su aniversario, lo recuerdo.

Eila: De verdad tienes una buena memoria.

Añadí asombrada.

Aslan: Pues no he olvidado nada de lo que me has contado.

Sus palabras me cortaron el aliento, no era normal sentirme tan expuesta y vulnerable frente a él, pero era algo a lo que poco a poco me iba acostumbrando.

La espera de mis padres había llegado a su fin, mañana iniciarán su viaje de aniversario y mientras ellos preparaban sus maletas yo estaba en mi habitación, terminando un ensayo de leyes, o al menos eso intentaba ya que la videollamada con Aslan no permitía que me concentrara.

A diferencia de mí, él parecía estar en una cocina, se movía con regularidad cargando el celular consigo, de fondo se podía escuchar un sartén chillar.

Eila: ¿Estás cocinando?

Pregunté para salir de la duda.

Eso Eila, no supongas, pregunta.

Aslan: Sí, ya es hora de comer.

Observé la hora, eran las 6:30 p.m. por la diferencia horaria suponía que en su ciudad era mucho más tarde.

Eila: ¿Qué preparas?

Indagué concentrado mi atención un poco más en la videollamada.

Aslan: Nada especial, solo un poco de tallarines con tocino.

Eila: A ver...

Pedí.

Aslan levantó el celular y me mostró un sartén con un poco de fideos en alguna salsa de color blanca y mucho tocino. Mis tripas rugieron, se veía apetitoso.

Aslan: Se hacer unos tallarines exquisitos.

Sonreí divertida al escucharlo.

Eila: ¿Me lo estás presumiendo?

Aslan: Sí.

Dijo orgulloso, seguido de una sonrisa ronca y contagiosa.

Eila: Yo amo los fideos, pero cocinarlos se me da fatal. Por eso adoro los que hace mi mamá.

Aslan: Algún día en el que ambos estemos libres podría enseñarte a prepararlos. No es complicado y de seguro te quedan mejor que a mí.

El simple hecho de imaginarnos juntos tratando de preparar comida me elevaba los niveles se serotonina al máximo, era una idea que no estaba en mis planes, pero que se posicionaba en el top uno de mi lista de "cosas por hacer"

Eila: Acepto, pero si me queda horrible te culpo en todos los idiomas.

Aslan dejó salir una carcajada mientras lamía la cuchara con un poco de salsa.

Aslan y EilaWhere stories live. Discover now