CAP 8

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 SI SIENTES MARIPOSAS ES EL ESTÓMAGO, ES AMOR. PERO SI LAS SIENTES EN LA CABEZA, PUEDE SER DELIRIO

Una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro al ver la respuesta de Aslan en la pantalla de mi teléfono.

Aslan 💙: *foto*

Sonreí emocionada para mis adentros, y sin dudar abrí la foto. En la imagen se podía observar las piernas de Aslan, cubiertas por un pantalón negro, parecía que iba caminando por las calles. Justo sobre esto mostraba la palma de su mano, y en ella, una tarjeta, parecía ser una invitación, lo extraño era que en letras grandes y doradas tenía escrito mi nombre.

Por algunos segundos mi corazón se aceleró de la emoción y mi piel se erizo sintiendo algo que no pude distinguir. Enviarnos aquellas fotos mostrando cualquier cosa, como una taza de café, un libro, la pantalla de la computadora y demás, ya era común entre nosotros, aun así, me emocionaba cada que sucedía.

Eila: Ok, tengo que admitir que es extraño leer mi nombre ahí.

Aslan💙: Así se llama el lugar en el que se va a dar la reunión, es algo de trabajo, pero se me hizo divertido ver tu nombre ahí, ahora estás presente hasta en las sombras. Es como si hubiese desbloqueado un personaje nuevo en mi vida.

Aunque estaba sentada en el suelo de un baño muy limpio, con las luces apagadas, podía sentir mis mejillas arder. No era el hecho de que dijera ese tipo de cosas que me hacía revolotear el estómago, sino que hace semanas atrás, él jamás hubiese dicho tal cosa, ahora parecía cada vez más en confianza para hacerlo, y era perfecto porque me pasaba exactamente igual.

Eila: Pues ya ves, una vez que me conoces es difícil ignorar mi presencia.

Aslan 💙: No me resulta un problema ya que somos diferentes.

Eila: Creo que casi nunca hemos compartido gustos y eso me agrada mucho.

Aslan💙: A mi igual porque así podemos aprender el uno del otro. Por cierto ¿A qué hora vas a la fiesta?

Suspiré frustrada, dejando escapar toda la ilusión de mi cuerpo cuando recordé el contexto de mi situación. Le había contado cómo me sentía y la inseguridad que me causaba estar en una fiesta tan grande, con tanta gente a mi alrededor. El cumpleaños de Luck había llegado y yo no hacía más que preguntarme si era buena idea estar aquí.

Por su parte, Aslan había insistido una y otra vez en que estaba muy bien que hiciera ese tipo de cosas y que eran muy común en gente de mi edad, de igual forma aclaró que si me sentía insegura o confusa lo mejor era que me marchara a casa, que él estaría en línea conmigo el tiempo que fuese necesario.

Vamos Eila, prometiste sacar tu mejor versión.

Lo único que pensaba era ¿Qué podría salir mal? Mis amigos estaban aquí, era la casa de Dani, un lugar seguro, tenía que intentarlo, aunque sea para demostrarme que puedo ser yo quién maneje a mi mente, y no ella a mí.

Cuando estaba a punto de responder a su mensaje, la puerta del baño se abrió de golpe. El retumbar de la música electrónica se filtró enseguida por mis oídos y las luces neón me cegaron un poco. Cuando la luz del baño fue encendida, frente a mí se reveló la alarmada figura de Dani.

—Eila, te he buscado por todos lados ¿Qué haces aquí? —Soltó de forma rápida y agitada.

Parecía haber estado corriendo por mucho tiempo.

—Estaba a punto de salir —Y no mentía.

Sus ojos cayeron en el celular que reposaba entre mis manos y el ceño apareció en su frente de manera instantánea.

Aslan y EilaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang