Recogiendo trozos del pasado.

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La tarde estaba tibia y el cielo amenazante cuando llegaron al pequeño hospital

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La tarde estaba tibia y el cielo amenazante cuando llegaron al pequeño hospital. Gran parte de la mañana fue dedicado en instruir a la joven Leticia sobre el caso que debían resolver. Los jóvenes sargentos se entrevistaban con la persona encargada del recinto para recabar la información que necesitaban respecto a los Marmolejo Tapia. Tras una espera de poco más de media hora, finalmente eran atendidos por dicha persona. Un hombre de mediana edad, alto y de cabellos dorados, dueño de una voz profunda, quien quedaba atónito ante la belleza de la joven policía.

—Recuerdo muy bien ese último día en que los vi, —comenzaba su relato el médico tras recibirlos en su oficina— llegaron aquí con Cayetano, el hijo mayor. Traía una horrible herida en una de sus extremidades.

—¿Puede describirnos esa herida? —Le consultaba la joven Leticia, mirándolo directo a los ojos.

—Una gran mordedura en su brazo izquierdo, fue tal la violencia y fuerza ejercida que le desprendieron un trozo de carne.

—Provocada por algún animal me imagino. —Intervenía Meza.

—Fue lo que pensamos al principio, y lo que declaró en su minuto el padre del joven. Pero mientras lo operábamos descartamos esa posibilidad, era claro que la lesión fue provocada por un ser humano.

—Debe ser el mismo que atacó al joven Mamani. —Murmuraba Meza— ¿Tendrá el expediente de ese caso? Necesitamos todo lo referente a los Marmolejo Tapia.

—No puedo entregarles así como así esa información, de no ser que traigan una orden de un juez para ello. Pero pueden hablar con la policía local, ya que el padre fue detenido en esa ocasión.

—¿Detenido, bajo qué cargos? —Indagaba en esta ocasión el sargento, observando como el médico no le quitaba la vista de encima a su compañera.

—No solo Cayetano estaba afectado por aquella mordedura que le significó una cirugía de urgencia, la madre también tenía heridas visibles, atribuidas por el padre al forcejeo que sostuvo la mujer para liberar a su hijo del ataque de un perro callejero. Sin embargo, el hombre venía aún bajo los efectos del alcohol, por lo que se procedió a hacer la denuncia por presunta violencia intrafamiliar.

—Por favor, haga lo posible por tener toda la documentación de los Marmolejo Tapia a la mano, pronto volveremos con una orden del juez, muchas gracias por su tiempo. ¿Nos vamos compañera? —La voz del sargento sonaba un tanto  molesta.

—Haré lo posible por reunir toda la documentación que necesitan, mientras traigan consigo esa orden, no tengo problema alguno en entregárselas. ¿Puedo preguntar a qué se debe que la requieran?

—Estamos tras los pasos de un asesino en serie, y al parecer se conecta de algún modo con los Marmolejo Tapia. Pero si no tenemos acceso al historial médico de la familia, —al notar aquella mirada de su parte, coqueteaba un tanto con el médico— no podremos saber a ciencia cierta qué tan segura es la información que tenemos por el momento. Sería de mucha ayuda si tuviéramos acceso a esos documentos lo antes posible, pero como dijo, necesitamos la autorización de un juez para ello.

El Carnicero del Zodiaco (EN EDICIÓN Y DESARROLLO)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon