Huellas al descubierto.

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Al cabo de unos cuarenta minutos y provisto de una sonrisa radiante que le atravesaba el rostro, aparecía por el pasillo el joven agente con una carpeta en sus manos

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Al cabo de unos cuarenta minutos y provisto de una sonrisa radiante que le atravesaba el rostro, aparecía por el pasillo el joven agente con una carpeta en sus manos. Al acercarse a sus compañeros le extendía con simpatía la carpeta a la joven Leticia, quien con desdén la recibía de su mano pese a la sonrisa y la mirada coqueta que le mostraba Roberto, quien se sentía incómodo con la mirada de la chica. La tensión en el ambiente se podía cortar con una navaja, pero algo más llamaría la atención no solo de ellos, también del resto de agentes presentes.

Varios se asomaban por las ventanas observando el espectáculo que se desarrollaba en el exterior, y como verdaderos niños mostraban cara de asombro ante las repentinas gotas de lluvia que se hacían presentes, las que gradualmente aumentaban en intensidad. Y como era de esperar, Roberto no podía ser menos, sumándose a las miradas de sus compañeros al dirigirse a una de las ventanas, lo que era un alivio momentáneo para la joven Leticia, quien sin perder tiempo comenzaba a hojear la carpeta.

—¿Algo que nos pueda servir?

—No soy tan rápida leyendo, dame unos minutos. —Respondía con voz seca a su compañero.

—Bendita lluvia, nos hacía falta una ayuda así. —Volteaba levemente la vista hacia una de las ventanas mientras balbuceaba, esbozando una leve sonrisa al ver las caras de los espectadores.

—¿En verdad les sorprende tanto una lluvia así? —Seguía pasando las hojas una tras otra, sin prestarle atención a lo que sucedía en el exterior.

—La sequía nos ha azotado sin piedad.

—Pero te terminas acostumbrando a la falta de lluvia. —Levemente levantaba la vista por un par de segundos en dirección a una de las ventanas, dejándola caer luego sobre los documentos.

—Nunca está de más detenerse a observar los regalos que nos brinda la madre naturaleza. Y claro que te terminas acostumbrando a la sequía, no te lo niego, por ello esta lluvia llama la atención, en especial por la fecha.

—¡Vieron el desmadre que hay allá afuera, está de locos! —Y sin previo aviso, interrumpía el agente Lara, apuntando hacia la ventana— ¿No les impresiona acaso?

—Mi compañera está más preocupada en los documentos que nos trajiste. —La observaba al mencionarlo.

—¡Y bueno, por lo menos pude conseguir una copia, por eso me demoré! El jefe no está muy de buenas conmigo, —le revelaba con vergüenza— así que me tocó rogarle un poco por el favor.

—Buen trabajo agente, por lo visto es más que un payaso. —Leticia seguía molesta con su actitud y se lo hacía notar con sus palabras— Nos ayudó bastante con esto.

—Espero poder enmendar en algo mi actitud hacia usted señorita, no fue mi intensión ofenderla.

—¿Ofenderme yo, por una niñería? ¡Por favor! Necesitas más que eso.

El Carnicero del Zodiaco (EN EDICIÓN Y DESARROLLO)Where stories live. Discover now