Epístola.

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Su inspección visual continuaba lentamente para dar con lo que buscaba, lo único que podía ligar el crimen con el carnicero del zodiaco, y que finalmente encontraba precisamente en la planta de los pies de la víctima

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Su inspección visual continuaba lentamente para dar con lo que buscaba, lo único que podía ligar el crimen con el carnicero del zodiaco, y que finalmente encontraba precisamente en la planta de los pies de la víctima. En cada planta había un número en particular, aparentemente dibujados con la navaja que tenía hundida en el cuerpo. Los trazos finos de los cuales aún emanaba algo de sangre no dejaban lugar a dudas, puesto que no había algún otro objeto con similar filo en la escena. Los números en cuestión eran dos: un seis y un nueve.

En otro extremo del gimnasio, Leticia Garza interrogaba, o por lo menos hacía el intento por el momento, a la persona que por desgracia había encontrado el cadáver. Hombre de avanzada edad que llevaba años desempeñando labores de aseo en el establecimiento, y que se encargaba precisamente del área del gimnasio. No obstante, el hombre permanecía perplejo y silente, con su boca entreabierta y su mirada fija, solo movía de un lado a otro su cabeza sin poder emitir ni media palabra.

Largos minutos tardaría en reaccionar ante lo ocurrido, manifestándole a la joven agente que como cada mañana, inspeccionaba el gimnasio para ratificar que todo estaba en orden, tal cual a como lo había dejado el día anterior, y que a su vez, el profesor por lo general permanecía hasta altas horas de la noche en el recinto, trabajando en los preparativos para la clase del día siguiente, y revisando el desempeño y las calificaciones de sus alumnos.

—No entiendo, ¿dice que revisaba el desempeño de sus alumnos, a qué se refiere con ello?

—El profesor tenía una obsesión por la perfección, y grababa todas sus clases, —apuntaba hacia un sector en específico— con esa cámara registraba todo lo que ocurría en el gimnasio señorita.

—¿Y dónde quedaban esos registros?

—En su oficina mi dama.

—¿Dónde se encuentra la oficina?

Por fin había una posibilidad de identificar finalmente al asesino, y las grabaciones de esa cámara eran la pieza clave en este asesinato, siempre y cuando realmente estuviesen funcionando y grabando lo ocurrido durante la noche. Debía tener acceso lo antes posible a la oficina del profesor, la que se encontraba precisamente en un sector del gimnasio, muy cercano a las duchas donde se presumía había sido ultimado.

—¿Alguna novedad Osvaldo? —El sargento permanecía en cuclillas, observando con atención cada detalle que la escena le otorgaba— Te noto muy concentrado en la víctima.

—Aparentemente se trata del carnicero del zodiaco, —le hacía un gesto, apuntando hacia los pies del cuerpo— mira la planta de los pies de nuestra víctima.

—Un seis y un nueve, —observaba los números, torciendo un poco la cabeza para verlos desde otra perspectiva— pero si los miras así, forman el signo de Cáncer.

—¡En efecto compañera, Cáncer! —Se reincorporaba, quejándose un poco por el sonido de sus rodillas por su mala postura.

—Debo asumir que en algún lugar encontraremos sus manos, —se encorvaba para observar más de cerca los antebrazos— dado que no están donde debieran.

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⏰ Last updated: Sep 22, 2023 ⏰

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El Carnicero del Zodiaco (EN EDICIÓN Y DESARROLLO)Where stories live. Discover now