0.2

2.9K 243 18
                                    

El camino en el metro fue una experiencia tanto aterradora como divertida. Spencer no paraba de decir datos aleatorios cuando me veía asustada o cuando él se asustaba. 

 Jamás pensé que podría tener un día tan divertido, en todos mis cuatro años de vida, lo único que conocía era el alcohol, los golpes y los insultos. Pero este día estaba siendo el mejor. Tenía un nuevo amigo y estaba rodeada de libros que podría leer. 

 Spencer entró a la que se leía como la sección de clásicos. Las portadas eran de colores oscuros y los títulos estaban en el respaldo. Con letra dorada. Todos se escuchaban interesantes. 

 "Serlok olms" Trate de pronunciar al tomar uno que estaba sobre mi cabeza, sin éxito, pues estaba muy alto y pesado. 

 "Sherlock Holmes" corrigió Spencer a mi costado, entregándome el libro "es muy bueno, un clásico de la literatura inglesa, se trata sobre..." Alce la mano.

 "Lo quiero leer yo, no me lo cuentes" le sonreí y me llevé el pesado libro a las mesas que proporcionaba el lugar. Deje caer el libro sobre la mesa alta y con esfuerzo tire la silla hacia atrás, para subirla cuál jinete a caballo. Cuando logre sentarme, me encontraba demasiado alejada de la mesa. Hice un puchero, pero suspiré, estaba por bajar de la silla una vez más, pero esta se comenzó a mover sola. Me sobresalté, gire la cabeza y vi a Spencer sonreírme, sonreí de vuelta, dando pequeñas palmadas silenciosas por la emoción. 

 "Gracias" susurre, él sonrió y se sentó a mi lado.

 Leímos en silencio por horas ese día. Él leía con una velocidad impresionante, mientras yo avanzaba tanto como podía. Era la primera vez que leía palabras tan complicadas, muchas veces fruncía el ceño y picaba el brazo de Spencer, luego señalaba la palabra y él en susurros me explicaba.

 Fue así, como llegue a terminar todos los libros del gran Sherlock Holmes a la temprana edad de 4 años. El gran investigador me había cautivado por completo. Después de aquel libro, leí todo lo que pudiera sobre investigadores famosos y cosas sobre detectives. 

 Hasta que llegue a la criminología. Entonces supe que este sería lo que quería hacer. A medida que los años pasaron. Spencer dejó de ir a la biblioteca, había conseguido un trabajo en Cuántico y tenía que irse. 

 Ese día, después de aquella noticia, había llorado demasiado, no quería dejarlo ir. Pero era algo que él había decidió hacer. Tuve que dejarlo ir. 

 Después de la partida de mi amigo, me centré en los libros, mi único consuelo y lo que me conectaba a él. En una de mis tantas idas a la biblioteca, un chico estaba devolviendo un libro tan grueso como mis dos brazos, en la portada tenía el dibujo de mi personaje favorito y hablaba sobre investigar el Internet. 

 Obviamente, lo leí, claro que lo hice, tenía a mi modelo a seguir en la portada. Tome el libro y lo lleve a casa. Desde entonces no pare de investigar sobre ello. Códigos, hackeos, redes profundas y miles de cosas más. 

 Lamentablemente, solo pude memorizar códigos, porque en mi casa no tenía ni para mi almuerzo, peor para una computadora. Así que me resigne a experimentar en las computadoras de la biblioteca. 

 No duró mucho, pues un día, en vacaciones antes de mi último año, la policía llegó a mi casa, tuve que huir. Sin saber si era a mí a quien buscaban o a mis padres. No podía correr ningún riesgo. 

 Mis manos temblorosas metían ropa en una vieja mochila que llevaba a la escuela, mientras mis padres peleaban y hablaban con los oficiales. Yo me escabullí y tomé todo el dinero que pude de sus cajones. Lo guardé en mi mochila, salí justo cuando ellos entraban a la fuerza por la puerta de mi casa. 

 Corrí tanto como pude, sin saber exactamente a donde ir. No tenía a nadie a quien acudir. En la escuela no podía hacer amigos, pues me veían como el gusano come libros pobretona. Así que no tenía ningún amigo de mi ciudad al cual acudir. 

 Tenía a alguien en mente, pero no podía involucrarlos con la policía, no era factible. Me dejé caer cansada sobre una de las tantas sillas del parque, sin saber a donde ir. Me abracé a mi mochila, pensando en que podría hacer ahora. Metí la mano en mi mochila, sacando de ella la última carta de Spencer, sus palabras siempre me reconfortan, aunque yo jamás pude responder ninguna de ellas.

 Al llegar casi al final de su relato sobre cómo su mentor volvía al equipo de trabajo y su entusiasmo con que lo pudiera visitar para que lo conozca, pues Jason Guideon también era mi sueño a cumplir.

 Me senté derecha inmediatamente, tal vez podría quedarme con él hasta que pueda conseguir un trabajo y terminar de estudiar. Si me esforzaba un poco más, tal vez consiga una beca para alguna universidad y poder vivir en otro lado. 

 Guarde la carta de regreso a la mochila y tome un billete de veinte. Con el entusiasmo por las nubes, camine con una sonrisa en dirección de la parada de autobuses. Estaba a 10 horas de Cuántico. Sería un viaje largo, pero era mi mejor opción.

 Apenas me senté en el asiento del autobús, me prometí jamás volver a meterme en una computadora, o bueno, jamás meterme en la red profunda nunca más. Y mucho menos hackear cualquier página. Desde ahora tenía que ser una mejor persona. Ya no viviría con mis padres abusivos. Ahora estaría con Spencer. Un agente del FBI. 

 No me podía dar el lujo de ser una delincuente si quería sobrevivir por mi cuenta en este mundo. Solté un suspiro y cerré los ojos. Solo rogaba porque no me cerrara la puerta en la cara.

 Aunque tomando él cuenta el tiempo y calculando lo que tardaría en llegar, estimaba que llegaría al menos a las 7 de la mañana, por lo que él estaría trabajando. Así que no podría cerrarme la puerta en la cara. Al menos no él. 

 Sacudí la cabeza, no quería pensar negativamente sobre las posibilidades. Necesitaba descansar si quería llegar con energía para buscar las enormes oficinas de la Unidad de Análisis Conductual. 

 Mi corazón comenzó a latir emocionado de solo recordar que vería a Spencer una vez más. 

Mi mejor amigo, la persona que me ayudo y la que ahora sería, la persona que me salve.


Autora:

Me late el corazón tanto como a ella. Me emociona el encuentro, porqué se como será. Esperanlo.

Con amor.

Rose 🌹

CaissaWhere stories live. Discover now