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"¿Estas bien?" Susurro contra mi rostro. Estábamos demasiado cerca, aunque eso no me molestara en lo absoluto.

"Si" también susurre, mi garganta se seco "gracias" le sonreí antes de dar un paso atrás al escuchar las puertas cerrándose, solo que el no soltó mi cintura y yo no quería que lo hiciera.

"Aqui tiene el desayuno" abrí los ojos al escuchar la voz de alguien desconocido. Mi corazón aún latía apresurado, suspire, tratándose de calmarme.

"El control" pedí, pies estaba en el sillón, Pen lo había dejado allí. Me lo paso, sin mirarme. Suspire, presionando el botón para poder acomodarme y comer. Aunque después de aquel sueño, no deseaba nada "¿Puedes acercar la mesa? ¿por favor?" Lo vi asentir y luego hacer lo que le pedí, dejando la mesa alta que suele estar a los pies de las camas de hospital, abrí con cuidado cada uno de los frascos. Había té de algún tipo, algo que parecía sopa y una papilla. Hice mueca al ver la sopa.

"Debes comer la sopa, te ayudará" cerré los ojos ante el dolor que atravesó mi cerebro. Solo que fue más intenso. Gemi, llevando mis manos a mi cabeza.

"Vamos, debes comer la sopa" intento moverme, me aferre "no me puedo levantar contigo encima" volvió a negar.

"Dame la mano niño bonito, yo los levantare" un segundo después, mis piernas se aferraron a la cintura de Spence, el camino en dirección de la mesa. Los demás nos siguieron, cuando me dejó en la silla, lo solté. Tanto Penelope como yo teníamos sopa de pollo con jengibre y vegetales.

"¿Que sucede?" Podía senti acercarse, dejé salir un suspiro, el recuerdo había parado y mi cabeza dejó de doler.

"Esta bien, estoy bien, solo un dolor de cabeza" quite las manos y lo vi "ve a leer yo comere eso" señale la sopa con una mueca el asintió aún mirándome.

Tome la cuchara junto a la sopa, la lleve a mi boca, apenas la trague me dieron arcadas, sostuve mi herida mientras cerraba los ojos. Un segundo después ya no tenía la sopa frente a mi.

"Supongo que aún no puedes comer" yo asentí.

"Puedo probar con el agua" mire a la taza de té, el me la paso, sople un poco y la bebí, me volvió a dar arcadas "bien..." respire "nada de té" el tomo la taza antes de que la derrame sobre la cama. Cerré los ojos.

"Esta bien, tu estómago está débil, necesita recuperarse" asentí, cerrando los ojos.

Aplaste el botón para bajar la cama, quedando media acostada, medio sentada "quiero ir a casa Korol..." murmure, mi voz algo quebrada.

"¿A tu linda casa en Italia o a tu departamento en el centro?" Decidí ignorar su tono sarcástico.

"A casa, con las sábanas verdes y los libros en la sala" aún tenía los ojos cerrados, las arcadas me habían cansado, más la desvelada.

"¿La recuerdas?" Asentí "¿que recuerdas?" Sonaba entre nervioso y ansioso.

"Recuerdo que no quería ir al doctor, solo que no estoy segura de porque" Negué "estábamos abrazados y no quería soltarte, no quería dejar la seguridad que teníamos en esa cama yo..." mi voz se quebró "no quería soltarte Spence ¿porque? Sentía miedo del mundo exterior, pero en esa habitación, en esa cama y en tu brazos, todo parecía más seguro" sentí las lágrimas caer "¿Porque me sentía así?" Lo miré, también se veía algo roto.

"No sabia que te sentías así"

"Yo tampoco" volví a mirar al frente. Luego nos quedamos callados, mis ojos cerrándose hasta quedar dormida una vez más.

"Eres una zorra asquerosa" sentí el golpe de una botella estrellándose contra mis pies "te estas vendiendo ¿no es asi? Deberías darnos lo que ganas, puta asquerosa" otra botella, esta vez golpeó mi cabeza, gemi por el dolor "este dinero, me lo quedaré yo, vete, ve a trabajar" tomó mi cabello y me tiro a la calle, mis rodillas y manos tenían piedras incrustadas. El cerro la puerta y no tuve más opciones que ir al parque, hasta que sea lo suficientemente oscuro y la noche avanzada, para que ellos estuvieran dormidos, para yo regresar a lo mismo.

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