cherry cream || allxtakemichi

25. leche, almendras

Holaaa, ésta será una parte fundamental en la historia y, además, algo confusa, por lo que les pido se lean con cuidado cada cosa y, aparte, como es actualización doble es mejor asegurarse de estar en la parte correcta. !!

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Inui Seishu, Inupi para lo amigos, resultó ser un hombre al que Takemichi invitó todos los días a tomar el té. Era un personaje más que interesante, el primer día se dió a conocer el gran apetito y buen gusto que el mayor tenía (algo que Takemichi simplemente amaba) es decir, cada pequeña porción de algún postre que le ofrecía, era la misma que el mayor elogiaba .

Y, al llegar la noche, encontró un tesoro, un diamante en bruto:

“¿Qué tal si vemos Harry Potter, Takemichi? Me encanta la dos, Tom Riddle es muy guapo.«  Literalmente empezó a brincar, tomando las manos del rubio mientras asentía. ¡Por fin encontraba a otro simp del guapo señor oscuro! Fue una conexión instantánea.

Por supuesto, Seishu hizo trampa. Pero Takemichi Cheff jamás lo sabría. Inupi había perdido por completo la habilidad de viajar en el tiempo, cuando quiso volver a hacerlo, simplemente no ocurrió nada. Y casi agradeció aquello, aún así, le hubiera gustado haber abrazado un poco más al Takemichi que dejó en aquel pasado inhóspito. Pero agradeció, agradeció más que nadie lo mucho que aquel Takemichi le enseñó, y su crush con aquel personaje era de lo que más mencionaba. Le alegraba que no haya cambiado.

Takemichi parecía no recordarlo ni un poco, trataba de recordar qué le había dicho aquel Takemichi, ¿Se iría?, ¿Volvería a viajar? No lo recordaba, como si hubiera borrado aquella información de su cabeza.

Lo único centrado que tenía, era que en éste futuro lamentablemente no trabajaba hombro a hombro con Draken, sin duda eso le dolía. El hombre había seguido solo con el negocio de motocicletas y no parecía necesitar ayuda, por eso mismo Seishu decidió dejarlo en paz. Y luego estaba Koko, no sabía nada de él, sólo que seguía vivo, que en algún punto de su adolescencia se fue y jamás volvió, Akane parecía reacia a recordar, a decirle qué había pasado. Naturalmente, Seishu cedió ante su hermana y dejó pasar el tema.

Aquella tarde helada, pasaron horas hablando y alabando al actor y al personaje, Incluso Inupi (algo avergonzado) le recomendó algunos fanfics. ¡Lo hizo por Takemichi viajero, pero aquellos escritores eran demasiado talentosos! Por supuesto, Takemichi lo agradeció y tomó aún más confianza, preparándole un chocolate caliente mientras encendía el calentador. Llovió por la tarde, hacía frío y él no se haría del rogar por un maratón de sus películas favoritas junto a una buena compañía y frío. Takemichi adoraba el frío aunque las patas se le congelaran.

Y ésto, ocurrió en el primer día de conocerse. Era más que obvio que era el nacimiento de una preciosa amistad. ¡Takemichi estaba tan feliz de por fin haberse conseguido un amigo con sus gustos!

Es decir, todo esto lo podía (y hacía) con su novio, con Aka-chan, sin embargo Akashi lo hacía por amor (algo que apreciaba muchísimo) y no por gusto genuino, tampoco parecía tener gustos en particular por lo que nunca veían algo que el pelirosa dijera «me gusta». Por todo esto, Takemichi apreció mucho encontrar a alguien con sus gustos y que, además, fuera una buena compañía.

Cuando Aka-chan le llamó, informando que por algunos problemas cambiarían de domicilio y que él debía de permanecer fuera hasta que fueran a buscarlo, Takemichi decidió apostarle a ésta nueva amistad, conocer más a Inupi (por la bonita conexión que tuvieron) y darse un pequeño respiro de su trabajo. Aunque extrañaba a sus gatos, Aka-chan le aseguró que estarían en perfectas condiciones.

El segundo día que Takemichi lo pasaría lejos de Bonten (sin saber que eran ellos, claro) invitó con timidez al muchacho que parecía un modelo, mismo que aceptó después de dudar un poco (no debía de verse tan desesperado) decidieron hacer una cena exuberante junto a un postre exquisito, a palabras de Inupi.