26. mantequilla, niebla

2.1K 287 53
                                    

⟨🦕🦕🦕⟩

Por el camino nadie pudo hacer callar al azabache, aunque en realidad no querían que se callara, su vocesita llena de atropellos y balbuceos hacía que el ambiente se relajara aunque sea un poquito. Takemichi por supuesto no estaba ni enterado de nada.

Preguntaba de todo, que si por qué se cambiaban, que si por qué tan lejos, que si asustaban, que si era una puta cabaña en el bosque, etc, etc. 

Hasta entonces fue que Takemichi notó la mano vendada de Hajime. La había escondido bastante bien, torciendo de cierta forma la manera en la cual él mismo lo veía, pero ahora, viéndolo bien, con sólo una mano al volante; era obvio.

“¿Qué te pasó en la mano, Koko-san?" La pregunta hizo a Hajime estremecerse. “Un accidente, Takemitchy, nada grave.” Algo dudoso, el azabache decidió dejarlo pasar y seguir parloteando.

Y ellos le daban respuestas vagas. Fue Hajime quien, un poco nervioso, empezó a explicar; “Uh, Takemichi. Llegando hablaremos de un tema serio... Debes de estar con la mente en blanco.”  El Cheff dejó de menearse en el asiento como si tuviera lombrices en la cola.

“... ¿Okey?, ¿Es algo malo...? Koko-san, Aka-chan, si me van a despedir... Pueden decírmelo, aguantaré. Soy fuerte”  el tono determinado de Takemichi junto a sus ojitos cristalizados enamoraron aún más a ambos hombres, aunque Kokonoi prefería llamarlo «enculamiento temporal que con una follada se baja»

Una risita menguó la mirada preocupada del menor en aquel vehículo que costaba demasiados dólares como para ser legal. “No, Takemichi. Es algo que, bueno, todos tememos que cuando lo sepas, quieras renunciar.”

Una exclamación de indignación fue su respuesta. “¡Yo no renunciaría a éste increíble trabajo con personas increíbles por nada!”

Ambos, Haruchiyo y Hajime, desearon con más ahínco que nadie que aquellas palabras infantiles fueran verdad. Incluso si era egoísta, incluso si debían dejar ir al hombre, incluso así... “¿Incluso si matamos a alguien?”

Los ojos momentáneamente más grandes (aún) de Takemichi le regresaron la mirada por el retrovisor, nervioso, jugando con sus dedos. Después de unos segundos interminables, habló: “... ¿S-sería una persona importante para mí?"

Lo que sea que esperaran, no era nada de ésto, sin dudas.“No.”

La mirada azulada se emocionó, con las galaxias volviendo a sus ojos*, casi como si le hubiesen dado la cura contra el cáncer. “Entonces no. ¡Chicos, lo había olvidado!, ¿Han probado macarons?” y empezó otro tema de conversación, como quien no quiere la cosa.

El peso guardado en el pecho de ambos hombres se hizo más liviano. Claro, aún no habían puesto todas las cartas sobre la mesa pero... Era un avance. Saber que Takemichi, aún si sólo era una plática, aseguró no abandonarlos por asesinos, era un tachado más a la lista de cosas por las cuales Takemichi podría irse.

“Y si..., ¿Vendemos droga?” Haruchiyo era, quizás, el más inestable. Porque sí Takemichi lo dejaba, no podría con ello. Se había acostumbrado tanto al calorcito proveniente del ligero cuerpo del Cheff que, simplemente, creía no poder vivir sin él. Viviría, pero, ¿Realmente... Lo haría?

“Oh, no, Aka-chan, me está llendo bien en mi negocio, gracias.” Takemichi miraba por la ventana, embobado. ¡El paisaje era precioso!

Hajime fue quien soltó una risita, algo preocupado al ver la mirada perdida que tenía su compañero de negocios (el drogo) Sanzu.“No, bobo. Que si nos dejarías si llegáramos a vender drogas.”

cherry cream || allxtakemichiWhere stories live. Discover now