Capítulo XXXVI

75 18 1
                                    

Mis botas y mi suéter estaban perdidos. Así que Hyunjin tiró de su suéter y lo puso sobre mi cabeza, quedándose en una camisa de algodón y pantalones vaqueros. No había nada que pudiera hacer con respecto a los zapatos. Había sobrevivido, sin embargo. Los pies congelados eran agradables en comparación con lo que acababa de experimentar.

Sin tiempo que perder, Hyunjin me levantó en sus brazos y salió corriendo de la bodega. Una vez fuera y sin ser más afectado por el ónix, sentí el viento cortante picar mis mejillas mientras aumentaba la velocidad. Segundos más tarde, me puso con cuidado en el asiento del pasajero.

—Yo puedo hacerlo —murmuré, mis dedos alcanzando el metal. Vaciló al ver mis manos temblar y luego asintió. En un instante, estaba detrás del volante, girando la llave. —¿Listo?

Cuando el cinturón hizo click en su lugar, me recosté en el asiento, sin aliento. El ónix había hecho más que bloquear la Fuente. Me sentí como si hubiera escalado el Monte Everest mientras llevaba un peso de cien kilos atado a mi espalda. No podía imaginar cómo Hyunjin continuaba a todo gas, especialmente después del ciertamente poco brillante trabajo de curación en Chanyeol.

—Podrías dejarme —Me di cuenta entonces—. Serías más rápido...sin mí.

Las cejas de Hyunjin se alzaron mientras disminuía la velocidad alrededor de los contenedores de basura. —No voy a dejarte.

Sabía lo mucho que él necesitaba llegar al edificio de oficinas, a Sam.

—Estaré bien. Puedo quedarme en el coche y tú puedes hacer tus cosas a tu súper velocidad.

Él negó con la cabeza. —No va a suceder. Tenemos tiempo.

—Pero...

—No va a suceder, Lix —Aceleró fuera de la zona de aparcamiento—. No te dejaré solo. Ni por un maldito segundo, ¿de acuerdo? Tenemos tiempo. —Sacudió su oscuro cabello fuera de su frente con una mano, su mandíbula apretando con fuerza—. Cuando recibí tu mensaje acerca de tu mamá y cuando no me respondiste de vuelta, pensé que tal vez ya estabas en el hospital en Winchester, así que llamé y cuando me dijeron que tu mamá no había sido admitida...

El alivio me recorrió. Mamá estaba bien.

Hyunjin negó con la cabeza. —Pensé lo peor, creí que ellos te tenían. Y estaba dispuesto a romper este maldito pueblo en dos. Y luego me llegó el mensaje de texto de Chanyeol...así que, sí, no te dejare fuera de mi vista.

Mi pecho dolía. Mientras había estado entrando en pánico en esa jaula, no había tenido tiempo de considerar realmente que Hyunjin era consciente de lo pasaba, pero ahora sabía que esas horas debieron ser un infierno para él, un retroceso a los días posteriores a la supuesta muerte de Sam. Mi corazón lloró por él.

—Estoy bien —le susurré.

Me miró de reojo a medida que aceleraba hacia la autopista en dirección al este. Si no lo detenían por exceso de velocidad, sería un milagro. —¿Estás de verdad bien, no?

Asentí con la cabeza en vez de hablar porque tenía la sensación de que si hablara, él escucharía mi dañada voz.

—Ónix —dijo agarrando el volante—. Han pasado años desde que lo vi.

—¿Sabías lo que hacía? —Mantener mi voz baja quitó la mayor parte de la aspereza.

—Antes, cuando estábamos siendo asimilados, lo había visto siendo usado en aquellos que causaban problemas, pero yo era joven. Sin embargo, debería haberlo reconocido cuando lo vi por primera vez. Sólo que nunca lo vi así, en barras y cadenas. No sabía que te afectaría de la misma manera.

Onyx² [HYUNLIX]Место, где живут истории. Откройте их для себя