3. Tiene buen gusto.

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Jungkook había leído el divorcio y el contrato varias veces.

Estaba en su antigua habitación en casa de sus padres con las hojas en la mesilla de noche.

Conocía a Jimin y sabía que por algún lado estaba el truco, pero su abogado ya lo había leído y le había dicho que todo estaba muy claro y que era muy beneficioso para él.

Había dicho algo como "muy buena oferta" como si lo que se estuviera tratando fuese un producto al mercado.

Jungkook no debía de aceptar las acciones de la empresa de su padre así tan fácil por qué eran millones de wones en juego, Jimin había revitalizado la empresa con capital y ahora esa misma empresa valía más del doble.

Era ilógico que él le dejara todo eso.

Jungkook se echó el pelo hacía atrás y cerró los ojos, el dolor de cabeza estaba en su punto más fuerte.

Si tan solo se hubiese dado cuenta de las tonterías que hizo su padre antes de morir.

Jungkook jamás creyó que su matrimonio estaba siendo sesgado por dinero, aún cuando había escuchado la recomendación de su padre para casarse con Jimin.

Jamás creyó que esas palabras eran parte de un negocio y no en la buena voluntad.

Jungkook creía más en el trabajo honrado y honesto que utilizar una maldita alianza para poder hacer negocios, Jimin había utilizado su fortuna para obtener sus caprichos, esa maldita acción le resultaba repugnante.

En el círculo social que se manejaban Jungkook jamás había visto en el chico millonario una opción, por qué nunca se creyó suficientemente digno de él y por qué su forma de ser tan extrovertida que a Jungkook le chirriaba un poco. El siempre vio a Jimin con una aura frívola, todo lo contrario a lo que él era.

Jimin siempre había estado cercano a su familia por qué era mejor amigo de su hermano Taehyung.

Sin embargo cuando se casaron y estuvo con él más tiempo se dio cuenta que en realidad Jimin gozaba de muchas razones para ser feliz, la cómoda vida y todas las personas estaban dispuestas a hacer lo que el le pidiera.

Jungkook había dejado a un lado sus prejuicios por vivir una vida tranquila a su lado, además, él era un chico era realmente un sueño echo realidad. Recordaba como solía hacer el desayuno antes de que el despertara, verlo atento siempre escuchando todo lo que tuviera que decirle y principalmente supo que por encima de todo Jimin era una persona amable dispuesta a hacer todo por los demás, si, Jimin amaba ver sonreír a las personas a su alrededor.

Se volvía el alma de la fiesta y era siempre el primero que ayudaba si algo iba mal.

Tal vez esa fachada lo había engañado.

Recordaba ahora verlo bailar con Taeh en la última fiesta en la que se encontraron. Sonriendo como si nada hubiese sucedido.

Jungkook estaba ahora convencido que aquella falta de escrúpulos se debía a que era una persona falta de principios. Antes de que diera la cara había mandado el divorcio ya con su firma estampada.

Eso era más contundente que cualquier sonrisa falsa.

Todo en él había sido tan fingido.

Por que entre ellos dos jamás había existido una relación de novios, solo habían hablado un par de veces antes de casarse. Jungkook jamás había pretendido ser parte de los hombres que lo adulaban al contrario, coincidía con ellos en qué Jimin era un hombre muy atractivo y seductor pero jamás lo había dicho en voz alta.

Entre más lo pensaba más claro era que debió existir algo de por medio para que su matrimonio existiese.

Jungkook miró su firma en el papel.

Casi PerfectoWhere stories live. Discover now