6. No es un logro.

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Jungkook estaba incómodo, lo tenía que decir y no porque estaba cuidando de él, si no por qué del otro lado de las cortinas había muchas cuestiones totalmente desagradables. Desde un niño que tenía una moneda en su estómago hasta una señora dando a luz.

Miro su reloj hacía media hora que todos se habían ido y el se había quedado allí.

No entendia como el era aún su contacto de emergencia.

La llamada que había recibido lo habia llevado al límite en cuestión de segundos, hablaría con Jimin para que eso cambiara.

Aunque, se sentia tranquilo al saber que estaba bien.

Jungkook no pudo evitar observarlo.

¿Estaba mas delgado?

¿Esas eran manchas de suciedad en su rostro?

Que extraño.

Jimin siempre había lucido perfecto.

Tal vez por eso era que ahora lo veía tan distinto.

En su bolsillo estaban los anillos, los jugó con sus manos.

Ni siquiera quería saber por qué aún portaba esas argollas, si ya no significaban nada.

Su celular comenzó a sonar, observó la pantalla, abrió la llamada y puso el aparato en su oreja.

"Lo hicimos Jungkook, conseguimos el contrato"

Jungkook había estado esperando esa llamada por semanas.

-Tienes que venir a Japón en este momento.

Respiró profundo para no gritarle que se callara cuando su socio y amigo comenzó una alegata de los beneficios que tendría.

-Espera Yoongi, espera un momento.

-Esto es lo que siempre hemos querido, por fin entraremos al mercado Japonés, nuestra fábrica de ropa podrá competir en los aparadores de todas tiendas. ¿Gukie? ¿Estás allí? ¿paso algo?

-Nada, solo que tengo un inconveniente.

-Te escuchas preocupado, dime algo, es grave, regresaré hoy mismo.

-No, no, quédate allí y procede con todo, estare mañana por la tarde para firmar todo.

-Estas seguro, te escucho preocupado.

Jungkook trato de relajarse.

-Te dije que está todo perfecto, deja de preocuparte pareces mi padre.

-Tu papá dejo asegurado tu futuro yo solo trato de que todo siga por el buen camino.

Joder.

Jungkook se despidió y luego colgó la llamada.

Odiaba que todo el mundo le echara en cara del beneficio económico que le había dejado estar casado con Jimin.

Y no podía replicar nada por qué era cierto.

Gracias a su capital había dejado su empresa con buenos negociós con china y australia, ahora gracias a él también había conseguido el primer contrato en Japón.

Eso solo hacía que los inversores crearán más confianza en él.

Eso era lo que más le molestaba, que de ahora en adelante cada logro que hiciera en realidad no era suyo, jamás dejaría de ser el beneficiado del dinero de alguien más.

Eso es como si hubiese dado servicios sexuales.

Solo pensarlo así le repudiaba.

-Puedes irte, no tienes nada que hacer aquí.

Casi PerfectoWhere stories live. Discover now