Casi Perfecto

28. Una segunda oportunidad.

"Las segundas oportunidades solo son para aquellos que tienen claros sus deseos"
.
.
.

Podría asegurar que la vida le estaba dando una segunda oportunidad, pero Jimin dudaba que aquello fuese algo bueno.

Porque lo único que sentía en ese momento era frustración, había caminado del baño al armario y en el lapso se había golpeado en el pie con el buro. Luego estaba el asunto de la incapacidad para poder encontrar su ropa y ponérsela del lado correcto.

Se sentó en el suelo para sobar su pie.

Si definitivamente aquella parte de su vida era por demás desastrosa.

Con el pelo aún mojado estaba pensando en lo maravilloso que fuera volver a ver y ser capaz de vivir plenamente, también se halló pensando en los problemas del pelinegro, él no había encontrado un lugar para vivir y Jimin no podía hacer nada para ayudar.

Luego su mente comenzó una retahíla sin sentido acerca de los errores del pasado, tuvo que reconocer que aunque el tiempo había pasado aún no se perdonaba a sí mismo.

Se levantó de nuevo totalmente desorientado y fue a dar a un cuerpo húmedo y cálido.

—¿Escuché un ruido? ¿Paso algo? —Jungkook preguntó.

La voz del pelinegro se oía cerca a su oído y luego sintió sus manos en su cintura sosteniéndolo, luego Jimin escuchó una risa ahogada.

—¿De qué te ríes?

—Estás molesto, lo puedo ver en tu expresión—Jungkook se acercó aún más y besó sus labios rápidamente— debiste esperarme… Solo tarde cinco minutos afeitándome.

Él ahora tenía las manos en los botones de la pijama de Jimin, acomodándolos.

—Estoy harto de esto —Dijo Jimin en un puchero.

—Puedes dejar que te ayude, estoy aquí para eso.

Jimin bajó el rostro y lo puso en su pecho desnudo.

—Odio ser tan inútil

Con cuidado aspiro el aroma a jabón y crema de afeitar que emanaba el pelinegro. Las manos las tenía al costado incapaz de tocarlo. Había permitido que se bañaran juntos de nuevo, pero esta vez en la regadera, uno a lado del otro, sin tocarse más allá.

—No extrañas ser útil exactamente… Quieres tener el control y en este momento no puedes…

Jimin hizo una mueca.

—No es verdad…— Jimin se quejó.

No pretendía ser grosero con él ni con nadie, pero la frustración que sentía tal vez la entenderían personas que pasarán por lo mismo que él, sufrir las consecuencias de una discapacidad era un cambio de vida abrupto.

—Jungkook…

—Dime…

Jimin subió su mano por el vientre desnudo de Jungkook tentativamente y luego la posicionó en su pecho.

Jimin alzó el rostro.

¿Qué tan cerca estaban que podía sentir su respiración tan cerca de su rostro?

—Puedo ayudarte, por favor, me siento tan frustrado… —Jimin pidió.

Su mano fue cubierta con la de él.

—No es a eso a lo que he venido, no me aprovecharé de ti en este momento, no sería correcto. —Jungkook dijo.

—¿Cómo dices? —Jimin no entendía a qué se refería.