27. Un esposo encantador.

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"Aún daría todo por ti, lo sabes verdad, siempre tendrás mi apoyo en todo, pero no puedo volverte amar, creo que ya no sirvo para eso"

.

Jimin estaba terminando una llamada cuando escuchó que alguien tocaba la puerta.

-Llegó nuestra comida-. Anunció una voz masculina desde el lado derecho del salón Jimin volteó instintivamente y logró ver la figura que atravesaba la luz que provenía desde la ventana.

Había sido un poco cansino escucharlo hablar por teléfono a inmobiliarias para poder conseguir un departamento en alquiler y no había tenido éxito.

Jimin quería ayudar pero no estaba seguro de que él quisiera la ayuda.

Por la mañana Jimin le indicó que tomara su tarjeta para realizar el pago de la comida que estaban ocupando, pero él se negó rotundamente a ocuparla.

Después de que ambos se habían ocupado con sus respectivos trabajos, Jimin dejó descansar su mente un rato hablando con varios trabajadores que habían resultado heridos y también escucho un audio informativo de los resultados de la primera prueba de máquinas, checaron voltaje y también los daños en las materias primas.

Estaba un poco ansioso por ir a la fabricación y verificar el mismo con sus propios ojos, pero eso era imposible.

-Debería saber igual que antes -Dijo Jungkook poniendo los recipientes en la mesilla de la sala.

Jimin había estado un poco tenso con respecto a lo que había sucedido la noche anterior y también con lo de esa mañana.

Era obvio que quería tener intimidad con el hombre, pero al mismo tiempo quería que el supiera que no hacía falta que se disculpara por el pasado. Había algo que había cambiado en Jimin, su confesión no tenía el mismo peso que hubieran tenido tiempo atrás.

-Sigue estando delicioso -Le dijo Jimin al comenzar a comer con su ayuda, ambos amaban ese pollo, así que el ambiente era demasiado cómodo.

Simplemente, todo se sentía estar correcto.

-Justo como lo recordaba-. Escuchaba los sonidos que emitía Jungkook por probar el crujiente pollo y eso lo hizo sonreír al imaginar su sonrisa.

No había dieta que le impidiera comer, así que aceptó con agradecimiento cada bocado que Jungkook acercó a sus labios.

Jimin recordaba aquel día en el que aún eran un par de adolescentes, cuando había convencido a Jungkook que se escaparan de clases, aunque siempre creyó que no le caía muy bien, se sorprendió cuando esté había aceptado ir con él y perder las clases. Habían caminado mucho tiempo sin rumbo, solo mirando los escaparates de las tiendas y habían terminado comiendo pollo frito en un restaurante pequeño que ofrecían una oferta, pues en ese momento Jimin aún no recibía la herencia de su padre por ser menor de edad.

De eso ya habían pasado más de diez años, pero el recuerdo estaba tan claro en su mente. Aquella vez fue la primera vez que se atrevió a exponer sus sentimientos al hermano de su mejor amigo.

Él nunca correspondió a sus sentimientos, pero su mirada tierna los había alentado, aunque estos en realidad habían sido rechazados. Ahora que había pasado el tiempo, entendía que no debió anhelar tanto poseerlo. Jamás había pensado en sus propios sentimientos, en su corazón, el cual había resultado con muchas heridas. Desearía ser inmune a él y poder recuperarse por completo de ese amor, pero eso tal vez era solo un sueño imposible, porque por tonto que pareciera, quería tenerlo junto a él, quería ser besado de nuevo y todo lo demás.

Casi PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora