32. Empezar a ser feliz.

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Jimin extendía su mano atraves de los rayos del sol que venía de la ventana. Sonreía por ser capaz de nuevo capaz de ver.

En el vidrio pudo ver su  propio reflejo. Paso los dedos por su mejilla notando así el sonrojo que había en esta.  Dolía un poco percibir la claridad pero definitivamente valía la pena por volver a ver.

Respiró profundo.

De alguna manera se sentía completo de nuevo.

Había ruido en la casa, estaba Yazmin allí esperando que saliera para llevarlo al hospital, ella y Jungkook estaban hablando, más bien discutiendo como siempre. Sin embargo eso no quitaba la emoción que sentía al volver ver.

Estaba listo para salir cuando su hermana entró a la habitación.

—Vamonos Jimin no quiero estar seguir peleando con este tonto.

—¿Qué sucede ahora?

Yazmin sonrió viendolo a los ojos.

—Nada de importancia mi pequeño, aún no puedo creer que puedas ver.

Jimin sonrió hasta que sus ojos se hicieron en media luna.

—Yo tampoco, no sabes cuánto extrañe verte.

Jimin se alejó al sentir la tensión del cuerpo de su hermana.

—¿Sucedió algo?

—Jimin ¿tú estás de acuerdo con vivir aquí? —La voz de Jungkook se escuchaba clara.

Jimin hizo el rostro a un lado y luego revisó que en el marco de la puerta estaba Jungkook.

La noche anterior no habían dormido juntos por qué habían trabajado hasta muy tarde así que Jungkook se quedó dormido en el sillón y Jimin fue a la habitación, así que era la primera vez que lo veía en el día.

La sensación de alivio en su pecho a cerciorarse que estuviera sano y salvo después de tanto tiempo sin verlo a diario.

Jimin asintió y luego se dirigió a su hermana.

—Solo es provisional, Jungkook y yo viajaremos la próxima semana a Japón.

—Oh... No me habías dicho. —Dijo Yazmin sorprendida.

—Estaba por decirte Yazmin, pero comenzaste a gritar. —Argumentó Jungkook.

Ambos se miraron en desafío.

Jungkook con su aspecto relajado, su camisa amplia color negro y su cabello desordenado,sus brazos cruzados en su pecho.

Su rostro aún medio adormilado, sus ojos coquetos estaban conectados a los suyos

— ¿Podrían dejar de pelear? —Dijo Jimin suspirando pero dejado desvanecer la emoción que atravazaba en su corazón.

Tenía que ser agradecido por qué la vida le diera bendiciones de nuevo.

Se podría decir que estar en ese lugar oscuro había sido por mucho el peor momento de su vida.

— Dejaré de hacerlo por ti —Dijo el pelinegro con una media sonrisa.

Las intenciones de Jimin de  parar las emociones cálidas simplemente  desaparecieron. Y solo él podría generar esa clase de reacción en él, y a decir verdad, había extrañado sentírse de esa manera, su corazón latía gustoso ante la mirada del contrario.

Sin embargo, su expresión fue controlado solo dejando ver un bonito sonrojo en sus mejillas. Podía sentía el calor que emanaba de ellas.

En ese asunto nadie había culpables.

Casi PerfectoOnde histórias criam vida. Descubra agora