4. No sé como seguir.

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—Considera que la deuda ya está saldada —Dijo Jimin a uno de sus empleados quien había solicitado un préstamo estudiantil para uno de sus hijos.

—De ninguna manera Joven Park yo le pagaré cada centavo.

—Por favor Chiol permítame ayudar con esa dura carga, además usted ha sido unos de mis mejores empleados durante tantos años.

Jimin recibió una serie de agradecimientos por parte del individuo canoso y vestido con el uniforme de la empresa con una expresión en su rostro noble, luego de eso siguió en la rutina diaria de examinar la planta de producción con sus propios ojos.

Saludó a sus empleados y dio indicaciones pertinentes, dentro de uno de los pasillos encontró una reunión de trabajadores que se notaban nerviosos de verlos allí sin estar trabajando, la mirada de Jimin encontró la razón rápidamente, una máquina descompuesta, eso le hizo detenerse curioso para saber la razón.

Había un falló y un técnico estaba revisandola con el plano de la misma a su costado.

—¿Jefe?

—Hola Minyul, necesitas ayuda allí abajo.

—No se moleste esto quedará en un momento.

Jimin se agachó y volteo el plano y comenzó a analizarlo. El humo salía justo del lado donde estaba el chico metido.

—Creo que sé que es lo que está fallando.

Jimin subió a la máquina y destapó un tubo.
Luego con una lámpara alumbró dentro.

Tenía un atasco de algodón que debían de sacar para que volviera a funcionar. Sin temor metió su mano pequeña y comenzó la extracción.

—Jefe, venga aquí yo lo haré —Dijo el técnico que antes habia tratado de limpiar ese atasco por la parte de abajo.

—Lo haré yo mismo, mis manos son pequeñas.

Al menos eso era algo que Jungkook le había dicho.

Se quedó allí toda la mañana, resultaba que el fallo estaba siendo provocado por qué un engrane se había roto. Cuando  todo estuvo en orden regresó a la cafetería para comer algo antes de que se desmayara.

Todos lo saludaron y comieron a su alrededor.

Jimin después decidió no ir a su oficina, ese día quería seguir con la mente despejada.

Un día de spa, estaría fantástico.

Sacó su teléfono y encontró varias llamadas perdidas.

Su hermana.

Llamó de regresó mientras subía a su automóvil.

—Jimin, por dios, ¿donde demonios estabas?

Jimin se empezó a reír.

—Estaba en la fábrica.

—¡¿Como te atreves a no contestar?! !¿No sabes lo preocupada que me tienes?!

Jimin sonrió con fastidio.

No tenía que avisar a nadie acerca de su rutina.

Ya no, ahora era libre.

—Supongo que hay algo importante que tenías que decirme.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de lo que acabas de hacer?

—No hice nada, bueno, solo ayude a reparar una máquina. —Encendió su carro y comenzó a echarse de reversa.—Hasta donde sé, no hay una ley que lo prohíba que trabaje en mi propia empresa.

—Sabes que me preocupo por ti, aún te echo de menos en casa.

Jimin miró molesto los alrededores.

—Pasare a verte más tarde— miro hacia el espejo para inventar una escusa que decirle antes de darle exactamente su paradero. —Ire a recortar mi cabello.

—¿Lo volverás a teñir?

Jimin miró la raíz oscura de su pelo, siempre lo mantenía de un tono de rubio platinado y necesitaba cuidados especiales. Pero de pronto recordó que al menos una vez al mes se pasaba por el salón para retoque y pasaba mucho tiempo allí, tiempo desperdiciado que ahora quería recuperar.

En algún momento Jungkook le había dicho que le gustaría verlo con su color natural alguna vez.

Jimin parpadeó echando afuera una vez más su recuerdo.

— Aún no lo sé, dejaré de pintarlo por qué ya no me siento que pueda pasar ocho horas sentado sin hacer nada.

—Si quieres puedo acompañarte.

Jimin empezó a manejar llevando el teléfono a conectarse de forma remota al carro.

—Yazmin...

—Dime

—Estoy bien, no desaparecere ni nada, solo necesito tiempo a solas. —Dijo Jimin de manera calmada.

Quería estar en silencio por qué solo así encontraba esos errores en el mismo.

Ni siquiera sabía si se algo servía, tal vez no, pero sentía que se hacía cargo de la situación de alguna manera.

Jimin jamás había encontrado a nadie que le hiciera ver sus defectos pero al echar un ojo dentro de el mismo lo fue encontrando uno a uno y eso lo tenía desconcertado.

—Pero tú no estás solo.

Jimin suspiró.

—Yazmin ¿Por qué es tan dificil olvidar una persona? —Dijo sinceramente.

—¿Has decidido olvidarlo por fin?

Jimin se detuvo en un semáforo y no contestó.

—Solo te estás haciendo daño, no hay nada malo en ti ni tienes que cambiar, tu siempre has tenido dinero pero eso no te ha echo una mala persona, vamos por qué no puedes ver lo valioso que eres. — Continuó su hermana.

Se imaginó como Jungkook recibía los papeles del divorcio y los firmaba de manera automática, sin pensarlo dos veces, desechandolo de manera rápida.

Las lágrimas cayeron por sus mejillas.

—Deja de fingir que estás bien, solo debes de empezar a dejarlo atrás.

Jimin comenzó avanzar en el carro.

—Yazmin, no se cómo seguir.

Las lágrimas empañaron su vista.

—¿Jimin? ¿cariño? ¿Estás llorando?

El sonido horroroso de una demolición fue lo que sonó por la línea de teléfono.

💟😔

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💟😔

Corregiré las faltas ortográficas poco a poco.

Bye.



Casi PerfectoWhere stories live. Discover now