──── xvi. revelaciones

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Maeve no sabía es que se estaba convirtiendo su vida, pero últimamente sentía que más que tener su vida de sueños y fantasías adolecentes, solo sobrevivía día a día

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Maeve no sabía es que se estaba convirtiendo su vida, pero últimamente sentía que más que tener su vida de sueños y fantasías adolecentes, solo sobrevivía día a día.

Y era agotador.

Por lo que cuando Topper la llamó en la mañana invitándola a tomarse unas cervezas. Ella, siendo una persona que nunca en su vida había tomado una gota de alcohol, y teniendo en cuenta que no eran ni las once de la mañana, aceptó sin dudar, ahora llevaban horas hablando y jugando, Maeve no se arrepentía en lo más mínimo.

Topper se había reído con fuerza al ver la mueca de desagrado en el rostro de la rubia cuando dió su primer sorbo.

"En algún momento te acostumbras" le dijo Topper, pero Maeve iba por su tercera cerveza y seguía sin hacerlo.

—No entiendo como puedes beber, es asqueroso. —repitió la rubia con la misma mueca de desagrado que no había desaparecido de su rostro desde la primera cerveza.

Topper soltó una risa, sobre todo al escuchar como las palabras de Maeve se enredaron en su lengua.

—Entonces deja de tomar, Maeve, sobre todo antes de comer.

—No, no, déjalo —bufó la rubia empujando a Topper con sus hombros—. Esto es justo lo que necesito, perder un poco el control... Empiezo a entender porque mi madre lo hacía con tanta frecuencia —murmuró para sí misma con una sonrisa divertida, sin notar como el rubio arrugó las cejas al escucharla—... Y para que sepas, me comí un gran tazón de cereal está mañana.

—¿Tu madre bebía tantas cervezas como yo? —le preguntó con curiosidad algo confundido, la verdad es que nunca había escuchado a los hermanos mencionar a su madre, y tampoco tratar a Rose como si fuera algún tipo de figura maternal.

—Oh, no, para nada —dijo Maeve soltando una risa burlona—. Era como un Rafe, pero en vez de cocaína eran botellas de whisky... Casi parece que la mitad de nuestros problemas provienen de nuestros padres.

Topper había quitado su vista de las olas de playa al escucharla hablar, mirándola de reojo con atención.

Eran pocas las veces que la escuchaba hablando de ella misma.

DOLLHOUSE ; RAFE CAMERONWhere stories live. Discover now