──── xxvii. mancha en el historial

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Era casi divertida la forma en la que el alcohol podía nublar la mente de Maeve al punto de hacerla olvidarse de sus confusos sentimientos, sin embargo, con el paso del tiempo se daba cuenta que aquella forma de evadir la realidad era más negativa...

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Era casi divertida la forma en la que el alcohol podía nublar la mente de Maeve al punto de hacerla olvidarse de sus confusos sentimientos, sin embargo, con el paso del tiempo se daba cuenta que aquella forma de evadir la realidad era más negativa que otra cosa, no solo por tener que lidiar con la resaca al día siguiente, sino porque ahora constantemente sentía que había información que se escapaba de sus manos.

No le sorprendió que Sarah hubiera intentado hablar  con su padre y volverlo a su lado como siempre, le sorprendió que su padre supiera decir que no, y no solo eso, sino además que se hubiera atrevido a entregar al pogue a la policía.

Maeve no hubiera considerado ese su movimiento más inteligente, ella quería que todo terminara pronto, y un juicio solo atraería atención indeseada, pero él le había informado que estaban considerando pena de muerte, y al menos eso sí que acabaría con el tema de raíz.

Rose también había dicho que había logrado convencer al director de que sus clases fueran dictadas en línea, al menos hasta que el asunto se resolviera, Maeve se sintió profundamente avergonzada al admitir que ella ni siquiera había pensado en eso, sobre todo luego de pasar toda su vida luchando por mantener un promedio perfecto, pero al menos todos habían entendido el porque estaban algo distraída, tenía una segunda oportunidad que iba a aprovechar y estaba dispuesta a que sus responsabilidades volvieran a la normalidad.

Era casi triste como ahora era normalidad que antes tanto la agobiaba se había convertido en su mayor deseo.

Maeve podía decir que sabía como serían el resto de sus días, probablemente en la universidad se enamoraría de algún artista despeinado aún si ni siquiera le gustaba solo por mostrar rebeldía de alguna forma, entraría en sus cabales algunos meses después y se esforzaría por ganarse un lugar junto a su padre, lo que seguramente la llevaría a terminar comprometida con alguno de los hijos de sus socios, casada, con sus propios hijos, llena de conversaciones vacías y silencios agonizantes.

Pero de alguna forma ella siempre espero que eso funcionara, porque aceptar que el resto de su vida estaría llena de infelicidad, era realmente triste.

La Cameron se levantó aquella mañana y como se le estaba haciendo usual, se vistió con unos de sus clásicos vestidos blancos cubierto de encaje, peino su cabello en ondas desarmada y maquillo perfectamente. Cómo si mantener una buena apariencia exterior significaba que en el interior todo se encontraba de la misma manera.

DOLLHOUSE ; RAFE CAMERONWhere stories live. Discover now