─── 𝐃𝐎𝐋𝐋𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 ───
❝When I saw the signs, I should have let you go... but I kept you by my side.❞
───Donde Maeve Cameron está cansada de su vida y busca refugio en los brazos de su hermano mayor.
O
───Donde Rafe Cameron no puede resistir se...
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Hace muchos años como para tener suficientes recuerdos, Maeve había perdido a su madre. A diferencia de su padre, ella no había muerto, ella había decidido dejarlos para siempre sin dudar, pero mientras más pasaban y pasaban las horas, Maeve no encontraba diferencia entre lo que había hecho ella y lo que ahora había hecho su padre.
Maeve quisiera honrar su memoria y recordarlo como el hombre que pese a todo había admirado toda su vida, tal vez como el hombre que había jurado nunca dejarla, o el hombre que le había pedido perdón, le había dicho que la amaba y le había sonreído antes de morir.
Pero ese hombre ya no existía en su memoria, ella solo podía ver un cobarde.
Un cobarde que había preferido huir de la peor forma de las consecuencias de sus actos antes que dar la cara por ellos.
Pese a que había llorado hasta que no salieron más lágrimas de ella, Maeve sentía que odiaba al hombre.
—Maté a Big John Routledge. Maté a la sheriff Peterkin. Maté a Gavin Barnstead —escuchó Maeve a la voz de su padre decir, porque después de lo que había pasado, ella no era capaz ni de mirarlo a los ojos aunque solo fuera una grabación—. Se que no puedo hacer nada para aliviar el dolor que causé. Muchos digas que tomé el camino más fácil... Pero me voy de este mundo con el terrible dolor de saber que dejo a mi familia destruida por la pena, y por mis pecados —dijo, y Maeve puso todo de sí misma para no replicar, recordando que jamás volvería a recibir una respuesta en contra—. No espero que me perdonen por dejarlos de este modo... Solo ruego que me comprendan, que no puedo seguir arruinando sus vidas. Esto debe terminar...
Maeve dejó de escuchar en ese momento, porque para ella era claro que este no era el final que ella esperaba de ningún modo.
Sarah y ella habían vuelto a lo que ahora era su normalidad, y aunque se habían abrazado y llorado juntas, cuando la policía los obligó a despejar en lugar, esa tensa distancia había vuelta más fuerte que nunca, y ahora solo lucía una amarga tristeza mientras escuchaban las últimas palabras de su padre.
Wheezie también parecía destruída, y Maeve se lamentaba de no poder siquiera consolarla porque no sabía que podía decir para hacerla sentir mejor, porque su pequeña hermana apenas y sabía lo que pasaba, y estaba involucrada en este desastre y lidiando con el peso de los actos de otros.
