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Los días transcurrieron con total normalidad

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Los días transcurrieron con total normalidad. Lisa cada vez se sentía mas cómoda al lado de Rosé. Su grata personalidad y el aroma que la alfa poseía siempre la mantenía en un estado apacible por alguna razón que seguía desconociendo.

Tanto ellas como sus lobas habían aceptado la cercanía contraria, haciendo del ambiente que compartían uno cálido y acogedor. Habían creado su propio lugar para charlar y hacer algunas tareas juntas; era nada más y nada menos que la biblioteca.

A cada último timbre que indicaba la salida, Rosé iba rápidamente hacia aquel lugar que se había convertido en uno especial, a la ansiosa espera a que la linda omega apareciera.

Siempre y como ya había tomado en cuenta el tiempo, Lisa se adentraba a la biblioteca diez minutos después de despedirse de Jennie. A veces la tailandesa ansiaba poder decirle con normalidad que se quedaba a estudiar y pasar el tiempo con una nueva amiga que era muy amable y alegre. Sin embargo, de tan solo pensarlo un temor recorría su cuerpo, estaba más que claro que Jennie y Rosé se conocieron de la peor manera, y si le decía que ella era precisamente su amiga, obviamente traería problemas. Problemas que la omega prefería evitar por su bien y el de la rubia.

—Hola, Rosé-ah —saludó con algo de timidez. Ciertamente esa era su mayor característica de omega, una que la mayor adoraba porque le parecía sumamente tierno.

Park le devolvió el saludó y sonrió ampliamente. Se levantó para deslizar una silla y le dio asiento a su lado. Una vez cómodas, sacó de su mochila un taper grande térmico en forma de cilindro, dentro de ella habían pequeños táperes circulares que mostraban una a una su contenido.

Un delicioso guisado de pollo, una porción de arroz y una ración justa de verduras era lo que traía.

La omega sonrió ante el detalle que Rosé siempre tenía para ella.

Se había hecho costumbre la chica trajera un ligero almuerzo para compartirlo con Lisa. Y es por eso que la omega no se quedaba atrás, cada vez que podía traía consigo algo aceptable, desde jugos y ensaladas de frutas hasta galletas de avena y chocolate que preparaba un día antes.

Siempre tratando de compartir de manera buena y equitativa.

Rosé agradecía mucho a la joven beta que se encargaba de la biblioteca, ya que luego de hablarle y convencerla con un buen monto de dinero, finalmente accedió a que puedan quedarse hasta pasada la hora normal y pudieran pasar el tiempo hablando y almorzando, obviamente sin hacer tanto ruido.

—Gracias, no deberías molestarte en traer todo esto —indicó apenado el almuerzo que yacía en lo pequeños táperes.

—Ya te dije que no me molesta, Lisa-ah —sonrió levemente—. Es divertido preparar todo esto con mi madre —se notó algo de emoción en su voz.

—Pero... pero podrías retrasarte por esto y llegar tarde a tus clases —a Lisa se le hizo muy adorable y sorprendente que la alfa cocinara y desde muy temprano.

Treat you better | ChaelisaWhere stories live. Discover now