⊹ O25

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Rosé sintió leves punzadas de dolor en su cabeza, la preocupación empezaba a consumirla desde que dejó a Lisa irse sola

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Rosé sintió leves punzadas de dolor en su cabeza, la preocupación empezaba a consumirla desde que dejó a Lisa irse sola. Quizás estaba siendo exagerada, debía tranquilizarse y darle un tiempo a solas a la omega. Sin embargo, aquella idea no duró tanto cuando su inseguridad fue justificada por el llamado de su loba.

"Nuestra omega nos necesita".

"¡Ve antes de que sea demasiado tarde!"

El rostro de Rosé se desfiguró en pánico, las palabras retumbaron tan fuerte en su cabeza como si estuviera recibiendo profundos golpes en su sien.

"Ro-Rosé", sintió la voz de su omega colarse en su mente.

Y entonces lo supo, fue entonces que su cuerpo reaccionó.

Sin importarle donde estaba, empezó a empujar a las personas que bloqueaban su camino, poco a poco fue sintiendo el aroma de Lisa mezclado en miedo. Mientras más cerca, más se incrementaba.

¿Cómo pudo ser tan estúpida?

Empezó a soltar gruñidos leves al notar que al momento de subir al segundo piso de la gran casa, hubo una mezcla extraña cubriendo la atmósfera, sus oídos se agudizaron más... Su omega estaba sollozando.

Corrió a la que sabía era la habitación indicada y azotó la puerta contra la pared al momento de abrirla bruscamente.

Sus ojos se oscurecieron y tomó a la maldita que sabía que era la causante de todos los daños de Lisa. Sus manos sujetaron con una fuerza incontrolable los hombros de Jennie y la lanzó muy lejos del cuerpo de la omega.

Sus colmillos se agrandaron y su loba gruñó con potencia.

—¡Aléjate de mi omega!

La alfa castaña se encontraba desorientada por el impacto de su cabeza contra el frío piso, Rosé no dudó en posicionarse encima de ella para magullar su rostro con golpes a puño limpio. Estaba cegada por la cólera, la impotencia, aquella gran rabia de no poder hacer lo suficiente para poder proteger a Lisa. ¿Por qué no podían dejarlas en paz?

Empezaba a liberar todo lo que guardaba dentro de ella, pero al parecer Jennie quiso reaccionar y se cubrió de los golpes, forcejeando y empujándola para esta vez quedar ella encima.

—Es mía, me pertenece aún —la burlesca sonrisa nunca abandonó su rostro.

Rosé sintió asco por la alfa. Tan imbécil, tan egocéntrica, tan marcada con moretones y sangre deslizándose por su nariz y la comisura de sus labios.

Sabía que es impropio odiar a alguien, pero era justamente lo que sentía por Jennie.

Arremetió contra ella y con fuerza la tomó del cuello de la camisa, levantándose ambas, pero siendo Rosé quien mantenía el control.

La empujó hasta que se escuchara el crujido de los huesos de la espalda chocar contra un gran armario, haciendo que el espejo que estaba pegado ahí se rompiera al instante.

La música y la adrenalina eran tan fuerte que nadie fue capaz de escuchar lo que sucedía arriba. La alfa rubia sujetó a Jennie para que se inclinara, facilitando los golpes que le propinaba con la rodilla en aquel debilitado abdomen.

Uno, dos, tres...

Jennie empezaba a toser algo de sangre y por las fosas nasales de Rosé salía el aire caliente producido por el enojo que corría por sus venas. Su loba no quería detenerse, quería acabar con todo aquello que lo atormentaba a ella y a su omega.

—Detente, alfa... —solo bastó aquel débil y suave susurro a través de los labios de Lisa.

Rosé se detuvo abruptamente, su respiración estaba desnivelada por lo que bocanadas de aire salían una tras otra. El agarre que tenía en la camisa de Jennie fue perdiendo fuerza y cuando tiró de ella para que se alejara, esta simplemente se deslizó por la pared hasta caer sentada ya medio inconsciente.

La alfa pudo recién ser consciente de los sollozos lastimeros que soltaba la omega, dio media vuelta y sintió que su corazón se apretujaba con dolor al ver como Lisa se abrazaba a sí misma buscando protección.

Rápidamente se acercó an ella, sintiendo la mezcla del fuerte aroma a vainilla y canela con lo agrio, con la de la estúpida de Kim también. Los ojitos de Lisa se abrieron con leve temor y se reincorporó hasta que su espalda tocara la cabecera de la cama.

—No-no te acerques, aléjate —suplicó con los ojos acuosos y llevando su manos ahora a su vientre, las punzadas dolían terriblemente y sentía que se asfixiaba por el calor recorriendo cada parte de su organismo.

—Soy yo, mi omega. S-soy Rosé... tu alfa —su voz se quebró por el amargo ardor que se colaba por su garganta. Se sentía dolida e impotente por no haber cuidado como debería a su omega.

Rosé vio que la pelinegra dejó de ponerse tensa y con mucho cuidado tomó aquellas manos con delicadeza.

—Tranquila, soy yo —le susurró de cerca, con cuidado de no asustarla más.

Fue suficiente.

Lisa sintió la frescura y seguridad que tanto necesitaba. Su loba dejó de temblar y cuando miró aquellos ojos almendrados supo que estaba junto a Rosé, junto a su alfa.

Arrugó su nariz mientras por sus mejillas se deslizaban gruesas lágrimas, no espero a nada para lanzarse a aquellos fuertes y cálidos brazos que siempre iban a estar para ella. Rosé le correspondió y sentándose mejor en el borde de la cama sostuvo a la omega por la cintura.

Lisa se aferró a la camisa de la alfa mientras escondía su rostro en aquel cuello que emanaba la única mezcla de aromas que necesitaba y amaba.

—Es-estoy sucia, Rosé —murmuró con hipidos de por medio—. Ella me b-besó, fue muy asqueroso —otro leve sollozo salió a flote y la alfa sostuvo el rostro de Lisa en sus manos.

—Lo lamento, lo lamento tanto, Lili —susurró débil, con un leve ardor en sus ojos por las lágrimas retenidas—. No debí dejarte sola, prometo cuidarte mejor.

La omega inclinó su mejilla para recibir caricias por la mano de Rosé, pero inevitablemente hizo una mueca de dolor que alarmó a la rubia de inmediato.

—Me d-duele —se quejó sintiendo de nuevo los calambres en abdomen bajo.

Park maldijo internamente por las circunstancias en la que se encontraban.

—Tu celo ya llegó —afirmó tratando de calmarse. Tenía que pensar sumamente rápido antes de que su omega pudiera correr peligro otra vez.

 Tenía que pensar sumamente rápido antes de que su omega pudiera correr peligro otra vez

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⏰ Last updated: Mar 29 ⏰

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