No me olvides...Por Sombra234

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La nariz negra olfateaba el aire cada tanto aspirando los aromas a su alrededor con interés, mientras los ojos cafés enfocaban a las personas que caminaban presurosas en la gran avenida que vigilaba, cada tanto la cabeza se ladeaba con interés al detenerse alguien a mirarle. Finalmente con algo de aburrimiento los ojos enfocaron hacia arriba dando con otro par de color oscuro que le miraban divertidos_ ¿Estas aburrida Tormenta?_ escucho la suave voz que provoco que se levantara moviendo el rabo con insistencia_ Velo así al menos hoy no hace tanto frío_ sintió la suave caricia sobre la cabeza que le relajo profundamente.


La Avenida Central era un paseo turístico sembrado de tiendas y restaurantes, con personas que la recorrían con prisa hacia sus trabajos o bien turistas despreocupados que se paseaban con pausa, pero se podría decir que el principal atractivo ese año era la nueva adquisición de la unidad K9 de la ciudad, todos los que pasaban frente a una de las tiendas más populares inevitablemente se detenían para posar sus ojos sobre la chamarra negra que coronaba aquel hermoso uniforme policial, lo mismo que la boina de lado que pertenecían a una escultural chica que era acompañada por una hermosa perra pastor alemán.


Todo el que trabajara en las inmediaciones sabía que la encontrarían firme en su lugar de 6 a 3, siempre puntual, con una seriedad poco usual y una sonrisa sincera para todo aquel que se la pidiera. Para muchos de los que ya convivían con ella era una especie de reto o prueba de valor el solo acercarse a conversar con ella, el pedirle una dirección o una cita pues generalmente la respuesta a la última pregunta era una negativa.


De ella en aquella gran avenida poco se sabía aparte del claro hecho de que era policía, todos los que le invitaban un café al parecer olvidaban preguntar el nombre aunque en su placa se podía leer con claridad Savedra y su perra todo el mundo sabía que se llamaba Tormenta.


Lo que nadie sabía es que desde que empezó su trabajo habían un par de ojos claros que le observaban con insistencia desde la distancia, admirando todo de ella y esperando con ansias los minutos al día en que podía contemplarle en silencio. A diferencia de ella no lucía ningún uniforme, ni se sentía tan alta y atlética, cada que le tocaba pasar por allí para acortar camino hacia la parada del autobús se miraba en algún espejo con inseguridad casi con temor llegando invariablemente a la misma conclusión era una chica demasiado "normal" prendada de otra chica extraordinaria lo que la convertía en una verdadera idiota.


Dio un suspiro pesado acomodándose su mochila y pasando como siempre frente a la oficial Savedra fingiendo indiferencia, su camino se detuvo varias calles después mientras subía al autobús que le llevaba a la universidad pegando su frente al cristal desanimada, solo a ella se le ocurría acabar enamorada de alguien a quien ni siquiera le había hablado una vez en su vida y que encima era otra mujer.

Sin embargo se le hizo inevitable la primera vez que paso por aquella avenida no mirarla, quizás había sido un evento desafortunado del destino chocar con aquella persona que provoco que sus apuntes se desperdigaran por el suelo que su mano se estirara chocando con aquella nariz húmeda y fría que le provoco un susto mortal, justo antes de escuchar por única vez la voz más suave y dulce del mundo.

Desde entonces nada fue igual, porque pasaba diario por aquel lugar solo para mirarla a ella sin atreverse a saludarla, pues lo más probable es que no la recordaran, desde ese día empezó su tormento ella que vivía para libros y estudios se dio cuenta que su gusto contrario a los deseos de sus padres no eran los chicos, pequeño gran problema viniendo de una familia tradicionalista. Pero su verdadera pesadilla radicaba en que la amaba y ella ni sabía que existía.

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