Capitulo 5 HELADOS Y TE

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Capitulo 5                                                                      

HELADOS Y TE


Amar hasta que duela, si te duele es buena señal.

Madre Teresa de Calcuta.


Virginia observaba desde su ventana aquella interesante interacción que venía repitiéndose desde hace tres días, un café venía un helado iba, aquello la tenía extremadamente intrigada nunca en su vida vio a Vanessa reparando en alguien de aquella extraña manera.

Cada tarde o mañana aquello sucedía su amiga se paraba en media avenida esperando a esa niña pelirroja con aquel helado en la mano para luego mirarse mutuamente cada una disfrutando de lo que le era regalado antes de simplemente despedirse. Tres días llevaba viendo aquello y consideraba que era suficiente por lo que descendió de su oficina situándose al lado de su amiga que disfrutaba aquel café como si fuera un manjar de los dioses.

_ ¿Esta rico tu café?_ noto como simplemente le asentía viendo la avenida con una enorme sonrisa_ Supongo que sabe así de rico porque te lo dio tu amiguita_ vio como casi escupían el café por lo que sonrió divertida_ No sabía que te gustaran las niñitas_ agrego sintiendo la mirada asesina sobre ella.

_ Es una persona agradable y amable que me regala café y nada más_ vio con diversión como los ojos negros se centraban en la avenida de nuevo.

_ Comprendo_ afirmo con un tono simpático y picarón mientras se dirigía a la puerta_ pues tú también eres una persona agradable y amable para regalarle heladito_ canturreo cerrando la puerta tras de sí, sin darle tiempo de siquiera reprocharle.

Mientras subía al elegante ascensor que llevaba a su despacho en gerencia, razonaba que tendría aquella niñita que tenía a Vanessa con aquel extraño comportamiento, su mejor amiga siempre había sido muy seria y centrada, en general las mujeres con las que se había relacionado eran de su edad casi todas y algunas mayores, bueno tampoco había tenido tantas novias... pero de allí a fijarse en un niñita era algo completamente diferente. Aunque siempre existía la probabilidad como decía ella que simplemente estuviera siendo amable, pero ella siendo quien era prefería tomar aquella posibilidad como la última.

Haciendo abuso de poder, se empezó a reír ante aquel pensamiento... "abuso de poder" si eso siempre lo había hecho, mando a colocar una cámara de seguridad enfocando según le dio las órdenes a su supervisor directamente a la sexy oficial de la entrada cosa que puso feliz a todo el personal de seguridad, que se llevo al decepción minutos después cuando dijo que ella se encargaría de su manejo y de los vídeos, solo eso faltaba que la panda de pervertidos tuvieran a su mejor amiga en video, porque ese jodido privilegio era solo suyo y para lucro de su bolsillo...

Andrea comía ignorando por un lado las miradas insistentes de Stefani y por el otro las miradas fijas y demandantes de Herendira, de paso ignoraba las miradas asesinas que se mandaban mutuamente, recién regresaba a clases ese día para encontrarse aquello_ Déjenme comer en paz_ dejo escapar_ son un par de estúpidas y no hablare con ninguna hasta que hagan las paces_ afirmo seria llevando el trozo de fruta a la boca.

_¿Dónde estabas?_ cuestiono Herendira de golpe_ ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?.

_No respondiste el celular, ni las llamadas a tu casa_ agrego Stefani mientras notaba a Andrea empinarse el refresco como si nada.

_No he escuchado que se disculpen_ afirmo ignorándolas_ así que no dará explicaciones, piensen lo que les venga en gana.

Se encamino lejos de sus amigas antes de chocar de lleno con una mujer que reconoció en el acto como la misma que había visto en la morgue que le sonrió con amabilidad_ ¿Ya decidiste si quieres ser forense?_ le negó suavemente unos instantes_ ¿Podríamos cenar esta noche y ver si cambias de opinión?_ se giro despacio a enfocar la mesa en que sus amigas parecían estar discutiendo de nueva cuenta para mirarlas con profundidad sintiendo aquel dolor aferrarse con fuerza a su alma antes de mirar a aquella mujer que calculaba ella debía tener casi cuarenta años sonriéndole.

No me olvides...Where stories live. Discover now