❅034☏︎

355 52 19
                                    

Maravilloso, casi lo sancionan, lo tienen vigilado como si fuera un traidor y ahora tenía que buscar flores y vino para el alcalde! Dioses, que había echo para tal castigo?

Estaba llendo a lo que le pidieron que fuera a buscar, pero era obvio que con la túnica negra nadie le venderia nada o le tirarían las cosas a la cara para que se fuera rápido dejase de aterrorizar las calles como un terrorista cosa que no era. Quisiera salirse y ya no servir al alcalde pero ser uno de sus trabajadores mejor llamados marionetas hacia que los impuestos de su familia fueran en karmacoins y no en diamantes como a los demás. Ese era el único beneficio, lo demás eran desventajas.

Una ves salió de la alcaldía, se trató de esconder para tratar de cambiarse o quitarse esa túnica que delataba su trabajo como secuaz.
Lejos de la mirada de la gente se sacó la túnica negra dejando a relucir una camisa blanca algo desabotonada junto a unos pantalones negros, ese era el uniforme más la túnica que tapaba todo.

Su cabellera carmesí oscura estaba pegada a su nuca por el sudor frío que tuvo cuando estaba intercambiando palabras con el alcalde, seguía siendo nuevo dentro de la alcaldía y sinceramente estaba haciendo lo posible para mantenerse ahí por los beneficios económicos. Pero la actitud de sus compañeros de trabajo no ayudaban en absoluto.

Se cuestionaba el porque el alcalde pidió aquellas cosas porque si no estaba cobrando impuestos o firmando papeles se le podía escuchar de forma leve hablando solo sobre alguien. Se podría decir que lo admiraba de lejos a aquella persona de la cual habla constantemente o era una obsesión que por mucho que traten de ayudarle con un psicólogo no se quitaría ya que se podía oír que la tenía grabada hasta en la sangre. Era aterrador escucharle tener sus momentos...de delirio. Más si este daba pavor con su presencia y mirada afilada como una daga.

Trataba de no cuestionarse eso demaciado, no quería involucrarse mucho más con ese alcalde.
- Bien, solo tengo que llevar esto y podría ser libre de la miraba matadora del alcalde... No más cuestionarse que es lo que pasaba por la mente de este.- Lo dijo entre unos murmullos inaudibles, más que nada era algo que se estaba tratando de imponer o que trataba de creerse al ya tener la piel erizada por los nervios.

Sin más demora se adentro a el mercado del pueblo rogando que nadie le pueda reconocer por si una ves se le cayó la capucha.
La gente en el mercado o feria del pueblo estaba en un ambiente agradable, no gente con miradas nerviosas, nadie amenazado con una escopeta apuntándole, todo estaba en una paz inespicable. En definitiva adoraba este ambiente más que los beneficios de su trabajo como secuaz que más que nada, asistente interno sin mucha importancia.

Paseo entre bastantes puestos de comida la cual se le llegaba a apetecer pero debía resistir la tentación, pronto podría ir a su casa a cenar con su pequeña familia. Asique se concentró en hacer lo que le mandaron a hacer. Con la mirada buscaba algún puesto que vendiera bonitas rosas rojas para que el alcalde no se las tirará por la cabeza por qué no le gustaron.

No podía encontrar un puesto con unas flores que le convencieran, además que no tenían color rojo. Al rendirse con las flores fue por el vino que supuso que era tinto ya que era del gusto de su jefe, algo que conocía ya que si bien era nuevo escuchaba por sus compañeros que el alcalde en ciertos momentos decaia en su miseria por el rechazo y sus recuerdos por el tan afamado peli azabache que tanto quería a su lado a toda costa se tomaba botellas y botellas de vino que hasta su mano derecha en la alcaldía le reprochaba como a un niño y lo trataba de llevar a casa pero jamás se logro. Y sigue sin lograrse, el alcalde no sale de la alcaldía para siquiera pasar la noche con sus hijos que posiblemente ya se hayan ido.

No, no debía divagar por completo en el alcalde! Su vida no gira en torno a este asique no tenía que pensar tanto en el! Porque no mejor pensaba en... comida, si comida un pollo asado... pollo... ave... chico de cabello azabache.

Cuando ese chico paso por su mente se avergonzo haciendo que los colores se le subieran a la cara.

Muy bien, a pensado demás. Solo debía enfocarse en lo que le pidió el alcalde, volver y terminar su jornada laboral.

Ya tenía una de las dos cosas que le pidieron, el vino lo escojio entre otros que no llegaban a convencerle por completo. Ahora necesitaba las rosas las cuales muchas no hay entre los puestos.

Siguió deambulando entre puesto y puesto mirando muy por encima lo que vendían en los puestos. Y noto una curiosa persona mirando las flores, específicamente los tulipanes naranjas. No iba a meterse en sus problemas asique solo se acerco a el puesto a ver los ramos de rosas.

- Buenas tardes, me mostraría las rosas?- pidió con un tono de voz amigable, la joven que atendía asintió y empezó a mostrarle las dichosas flores que sinceramente le hacían dudar con respecto al porque se las pidieron. Vino, rosas... eso sonaba como una cita romántica bastante común.
Pero quién era el para siquiera jusgar? El jamás a tenido siquiera una persona que le mirará con otros ojos más allá de la amistad, asique jamás a tenido una cita asique es un incompetente en el amor romántico.

Solo pidió un ramo de rosas rojas, la joven se las entrego a cambio de karmacoins de hierro, luego de eso le deseo suerte con su "afortunado o afortunada" pero eso era mejor decírselo al alcalde ya que el será el que consiguió una cita apesar de su mala imagen actual en el pueblo.

Estaba llendose pero el chico que perforaba con la mirada los tulipanes le tocó el hombro de forma apenada, lo desconocía pero ayudar a alguien no iba a ser su condena, lo miro curioso, más aún cuando el chico trataba de hablar o eso creía que trataba ya que le estaba costando de manera anormal el hacer algo además de sostenerle el hombro. Ya sentía la incomodidad ahogandolo.

El chico también sentía la incomodidad sofocante del ambiente.

- P- podrías decirle que me de uno de esos tulipanes verdes?- pregunto luego de un silencio que casi los mata a ambos ya que el de pelo carmesí oscuro no quería romper el hielo. Miro donde el chico apunto notando que eran los tulipanes naranjas que estaba perforando con los ojos.

-Son... naranjas- dijo en un inglés básico pero comprensible.
El chico lo miro sorprendido, pero luego recordó que tenía protanopia severa lo cual hacía que no percibiera algún tono rojo, el chico a su vista tenía un pelo verde bastante oscuro. Por XD, quería enterrarse vivo o dejarse devorar por animales salvajes de la pena.

-Lo siento mucho por el incómodo momento!- dijo para recibir un simple "no importa" en español, comprendía levemente el español asique se despidió con un gesto de mano para ponerse denuevo esos lentes con vidrios oscuros y marco blanco para seguir paseándose en aquella aldea.

- Nunca más voy a ayudar a alguien desconocido, eso fue incómodo..- Soltó para volver a la alcaldía de forma discreta, se paso más tiempo perdido en su pensar más que hacer lo que se supone debe hacer. Pero ya tiene lo pedido y eso es lo que cuenta, dios sabrá que alma en pena le tocó ser cita del curioso alcalde que está callendo en el interminable agujero de la locura. O eso cree notar a simple vista cada que no cruzan miradas.

✎﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
Autora:

Había olvidado que había puesto en la historia a George, asique mención para que no crean que se murió, solo se está haciendo un jardín como el de kinoko kingdom y para eso las flores, estaba ves vivirá solo, si es que no le caen los del Coppel antes.

☘︎Eʟ ᴅᴇsғᴏʀᴛᴜɴɪᴏ ᴅᴇʟ ᴘᴀᴛᴏ☁︎Where stories live. Discover now