17. Baba de caracol.

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Jaden me besa.

Pone sus labios sobre los míos sin darme tiempo a reaccionar, a pensar en nada más que no sea en él y en las ganas que tenía de que lo hiciera.

Es irracional cada sentimiento que produce en mí. Todo se sale de control cuando él está cerca. Quiero apartarme, quiero alejarme de lo que me hace sentir, del revoloteo de sensaciones que se asoma en mi estómago.

Pero no me aparto.

En su lugar me dejo llevar, me permito por primera vez dejar de pensar y hacer lo que realmente mi cuerpo me pide. Lo que llevo anhelando desde hace 10 años.

Alzo mis manos hacia sus hombros en un intento desesperado por acercarlo más a mí. Jaden parece inseguro, sin saber bien cómo actuar ante aquel acercamiento inesperado.

Mis manos siguen el recorrido hasta que se apoyan en su cuello. Me deleito en el camino, rozando mis manos con su suave piel, haciendo que su vello se erice durante el trayecto.

Él parece estar tan impaciente como yo ya que comienza a mover sus labios sobre los míos, primero comienza con un movimiento suave, lento y desesperado.

Pero la ansiedad le supera y profundiza el beso hasta que su lengua invade mi boca.

Sus manos suben por mi espalda hasta llegar a mi nuca donde su agarre se hace más profundo.

Mi piel no puede evitar reaccionar ante su tacto provocando que un escalofrío de placer se instale en cada célula de mi cuerpo.

Las piernas amenazan con fallarme cuando su boca me reclama por más. La intensidad me hace temblar. no puedo contenerme.

Esto es una jodida locura.

Su lengua juguetea con la mía mientras nuestros labios bailan al mismo compás.

Pero parece que no es suficiente para ninguno de los dos, quiero más, necesito más de él.

El beso que al principio parecía tímido e inseguro se vuelve salvaje y explosivo. El deseo inunda cada poro de mi piel rogando por más de él.

Jaden se separa levemente de mí para mirarme a los ojos.

Sus orbes están oscuros por la lujuria. No puedo evitar fijarme en sus boca hinchada por nuestro beso.

Pienso que se va a detener pero vuelve a acercarse a mí lentamente y vuelve a la carga. Me dejo llevar por él y por su ritmo.

Aprovecho uno de sus movimientos para atrapar su labio inferior con mis dientes y apretarlo lo suficiente como para que un gruñido salga de su garganta.

Su mano me agarra el pelo y con un leve tirón aleja nuestras bocas. No quiero que se detenga, quiero que siga, que me lleve a donde él quiera.

Pero parece que él tiene otros planes cuando después de mirarme como si fuera el último vaso de agua en el desierto, me suelta y se da la vuelta dándome la espalda.

No sé qué decir. Ambos tenemos la respiración entre cortada por la falta de aire.

El alcohol en mi cuerpo y la confusión de todo lo que acaba de pasar hacen que no sea capaz de pensar con claridad. No puedo contener las ganas que tengo de volver a sentir el sabor de su boca. Estoy totalmente descontrolada, lo sé por como siento el deseo rugir bajo mis entrañas.

Me acercó a él y pongo mi mano sobre mi hombro para girarlo.

Cuando nuestras miradas vuelven a encontrarse puedo notar como sus pupilas está dilatadas.

—Jaden... —Digo en un susurro mientras me acerco más a él.

Quiero más, mucho más.

—No, Lena. —Alza su mano deteniendo mi paso, impidiendo que me acerque más a él.

El deseo de odiarte por siempre.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin