21. Algo que no sepa.

590 24 4
                                    

Siento como si el aire se escapara de mis pulmones. No soy capaz de articular palabra mientras mi mente va a toda velocidad intentando descifrar que quiere decir aquella maldita frase.

Quiero preguntarle, asegurarme de lo que realmente quieren decirme sus palabras, pero tengo miedo de su respuesta.

No estoy preparada para afrontarlo.

La sonrisa engreída que siempre adorna sus labios ha desaparecido por completo y la seriedad la sustituye. Puedo notar la tensión en sus hombros y sobre todo, en su mandíbula.

Trago saliva y me remuevo incómoda sobre el banco que construyó con su hermano.

Que haya compartido aquel recuerdo conmigo hace que mi traicionero corazón se quite la armadura que tantos años me la llevado construir a su alrededor.

Este tipo de relación entre nosotros no es normal, nada de lo que ha estado ocurriendo estos días ha sido normal.

Sus labios sobre los míos no es lo común, que me cuente cosas sobre su pasado y recuerdos de su vida tampoco y que me pida perdón mucho menos.

Y de todas esas malditas cosas lo único que me ha dejado sin saber que decir es esta última frase.

Sé lo que mis labios quieren preguntar, lo que mi alma ansía saber pero con los pies en la tierra y con el corazón envuelto de nuevo en su armadura dejo que el orgullo vuelva a tomar el control de mi lengua y hable por mí.

—No es como si fuéramos a ser algo más que amigos ¿sabes? —Temo que el tembleque con el que sale mi voz me delate pero Jaden borra su expresión de la cara y esa estúpida sonrisa vuelve.

¿Cómo puede tener cambios de humor tan drásticos?

—Simplemente te lo estoy dejando claro para que no te confundas. —Responde con tono burlón.

Ruedo los ojos y emito un suspiro que podría apagar cualquier incendio.

—¿Y para eso me has traído? ¿Para pedirme perdón, después decir que no volverás a besarme y ahora reírte de mí? —Pregunto algo harta por sus cambios de actitud.

—Te he pedido perdón pero eso no nos convierte en amigos.

—¿No me digas?

—Pero sí tenemos una tregua ¿no? —Pregunta mientras aparta su vista de mí y mira hacía el horizonte.

—Desgraciadamente sí. No podemos volver a liarla de nuevo. —Pienso la noche anterior y la culpabilidad me abruma.

Jodimos toda la fiesta, él con su comentario de mierda y yo con mi reacción.

—Estoy de acuerdo contigo. —Afirma.

El silencio se abre entre nosotros pero extrañamente no es incómodo. Me permito tener un momento de relax y disfruto de como el viento mece las hojas de los árboles a su vez que el mar rompe sus olas bajo las piedras del acantilado.

No puedo evitar pensar en lo poco que conozco a Jaden. A pesar de compartir tantos momentos juntos, no sé nada sobre él. Ni siquiera sabía que tenía un hermano y mucho menos que murió.

¿Cómo le habrá afectado aquel suceso?

Mientras me hablaba de él pude notar como su voz se rompía por momentos y es la única vez que he visto debilidad en él.

Siempre se muestra inquebrantable, fuerte, indiferente, como si nada le afectara, como si no fuera capaz de sentir. Saber que no es así lo vuelve un poco más humano.

Y entonces me doy cuenta de lo que realmente nos parecemos el uno al otro. Fingiendo que los problemas no están ahí, que no existen, dejando que el tiempo intente curar heridas que nunca van a sanar, refugiándonos detrás de sentimientos que sólo nos hacen daño.

El deseo de odiarte por siempre.Where stories live. Discover now