40. Mantener la mente ocupada.

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El ambiente entre nosotras es tan incómodo que tengo que salir varias veces a tomar el aire. El sonido de nuestros dedos tecleando en el ordenador es lo único que suena en aquella pequeña oficina.

A veces viene algún que otro cliente para preguntar sobre algún destino vacacional. Y yo apenas tengo ganas de sonreír.

Pero ha sido un día tranquilo y desee que no lo fuera. Hubiera preferido mil veces tener trabajo a no tenerlo, así por lo menos habría mantenido la cabeza ocupada.

Cuando las horas finalmente pasan y terminamos el turno, Isabella se va sin decir nada, cuando siempre me espera y charlamos de camino a nuestros vehículos.

Como si estuviera enfadada por no creerla, como si ella fuera la víctima de todo esto.

Me siento terriblemente mal de que estemos así, de que ella haya decidido soltar la bomba poniendo en duda toda mi confianza en ella y sobre todo, en Jaden.

Comienzo a replantearme de que tal vez, tenga razón, que Jaden ha estado jugando conmigo, que ella soltó aquel comentario de broma y que él le contestó que si no fuera por Oliver, tendría algo con ella.

Que Jaden estaba enamorado de Amanda.

Su encuentro y la sensación que me dio no fue esa, ví a Jaden incómodo y la conversación que tuvo con Oliver, parecía temerla más que desearla.

Suspiro mientras me monto en el coche. No me gusta conducir, me estresa, pero no me apetece andar demasiado, además, quiero pasarme por el centro comercial antes de ir a casa.

El cumpleaños de Desi es el Sábado, 6 de Junio. Lo tengo anotado en mi agenda del trabajo y en la de mi móvil. Soy bastante mala reteniendo fechas por lo que anotarlas es lo mejor que podía hacer.

Conduzco con la música de la radio, intentando que mis pensamientos no invadan mi mente. Canto todas las canciones que suenan, intentando que Jaden no aparezca por mi cabeza.

Decir que lo logro sería mentir.

Doy varias vueltas a las tiendas, entro y salgo sin nada en las manos hasta que veo una papelería.

Desi tiene una galería de pinturas, algunos cuadros son suyos y me gusta verla pintar así que decido comprarle algunos materiales (con la ayuda del dependiente ya que no tengo ni idea) y aún así no estoy conforme con el regalo.

Después de otras 30 vueltas a las mismas tiendas, decido comprarle una taza con una foto nuestra impresa.

Soy asquerosamente mala para hacer regalos, pero lo que cuenta es la intención ¿no?

Con las tripas rugiendo conduzco hasta casa. Aparco y subo con el regalo dentro de mi bolso para que Desi no lo vea, pero para mi no sorpresa, no esta en casa.

Como en silencio, mirando Instagram. Joder. Toso al ver la foto que Jaden ha subido a sus historias.

Esta sentado en un banco de pesas, con la espalda apoyada en el respaldo. Su móvil tapa parte de su cara pero puedo ver su mandíbula marcada y como su pelo empapado en sudor cae sobre su frente. Lleva unos cascos negros puesto sobre sus orejas.

No hay frase, ni indirecta, ni nada, sólo él frente aquel espejo.

Suficiente para dejarme sin respiración y quitarme el apetito.

Cojo aire con fuerza y pulso la historia con el dedo temblando para pasarla. Si no me hubiera dicho aquellas palabras, si Isabella no me hubiera metido esas ideas en la cabeza y sobre todo, si él no me hubiera advertido que era peligroso estar con él, le contestaría. Le diría lo mucho que me gustaría que me follara en ese banco.

El deseo de odiarte por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora