38. Aceptar la verdad.

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Echo a correr, alejándome de él. Como me ha exigido. No quiero hacerle caso pero sus palabras han sido lo suficientemente claras como para alejarme.

No puedo dejar que juegue conmigo. Ya ha roto toda armadura que creía tener, ha roto cada pequeña esperanza que albergaba en mi interior. Me ha roto a mí.

Nunca creí que esto podría llegarme a pasa. La chica fría, insensible, la que sólo ha conocido el odio, enamorada de un tío que no le corresponde.

Un tío que sólo se la quiere follar, que la desea pero nada más.

¿Cómo he sido tan imbécil? Por unos momentos he pensado que él podría llegar a sentir algo, que podría verme como algo más que sexo.

He intentado convencerme a mí misma de que mis sentimientos no eran nada especial, que ambos estábamos en la misma línea. Que sólo era atracción física. Pero si fuera así, su rechazo, sus palabras, su lejanía no me dolería tanto.

Sin mirar a nadie, entro de nuevo y cojo la maleta que sigue en el mismo sitio en el que está. Salgo mirando al suelo, echa una jodida bala. No quiero hablar con nadie, no quiero que nadie me vea así.

Cuando salgo, Jaden ya no está cerca del coche. Mi vista no lo ve y así es mucho mejor. Así es más fácil para mí.

Llamo a un taxi para que venga a recogerme.

No tengo coche y todos han bebido lo suficiente como para no poder conducir.

Mientras espero, escucho como la puerta de la casa se abre y se cierra de nuevo. Me giro y veo como Oliver se acerca hasta a mí.

—Te llevo a casa. —Dice mientras me enseña las llaves del coche de Jaden.

—No hace falta. He llamado a un taxi y habrás bebido. —Respondo con la poca fuerza que me queda por el angustioso día de hoy.

—No he bebido. Déjame llevarte a casa Lena. —Sonríe y abre el maletero para meter mi maleta en ella.

Quiero preguntarle si Jaden ha sido quien le ha dicho que me lleve, quiero preguntarle si sabe donde está.

Pero no lo hago.

En lugar de eso, me siento en el copiloto en silencio, con la mirada perdida en el paisaje.

Oliver comienza a conducir y miro mi móvil. Varios mensajes de Desi, preguntando donde estoy.

No tengo ganas de contestar así que apago el móvil y miro por la ventanilla de nuevo.

—Te ha dicho que te alejes de él ¿verdad? —Pregunta Oliver.

Me giro para mirarlo y veo como tiene la mandíbula apretada. Su pelo está recogido en un moño suave y varios de sus mechones oscuros caen sobre los laterales de su cara.

—Sí.

—Y le has hecho caso. —Comenta.

—No. Le he dicho que yo no quiero alejarme de él.

—¿Entonces? ¿Qué ha pasado? —Pregunta.

No tengo nada que perder, él conoce a Jaden mejor que yo, él debe saber que cojones está pasando.

La conversación que escuché de ellos en mi habitación llega a mi mente.

"¿La pones en peligro estando contigo?"

Miles de pensamientos me llegan a la mente. Hablaban de alguien, de como Jaden no podía estar alejado de ella, de como Amanda ahora sabía quien era.

Contrasto la información de esa conversación con la que yo he tenido con él.

El deseo de odiarte por siempre.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin