30. Culpable.

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Cenamos entre risas y anécdotas y cuando acabamos, comenzamos a jugar a las cartas en el césped del patio.

—¡Y gané!. —Grita emocionada Isabella.

Posiblemente es la persona que más ha ganado aquel maldito juego. La meta es quedarse sin cartas, no sé cómo lo hace pero siempre es la primera.

—No estarás haciendo trampas... —Naomi entrecierra los ojos con sospecha.

—Sospechoso cuanto menos. —Apoyo a la novia de mi mejor amiga.

Isabella comienza a ponerse roja y rio con malicia cuando me pongo de pie y comienzo a acercarme a ella.—¿Qué tienes dentro de ese bikini? —Pregunto mientras me agacho a su altura e intento apartarle las manos para comprobar que no tuviera cartas dentro.

—¡Agarradla! —Grita Desi mientras se une y me ayuda.

Isabella se revuelve entre risas mientras Sara y Naomi también se unen a la búsqueda de cartas. Los chicos se ríen y Oliver lo único que sabe decir es que tuviéramos cuidado con su princesita.

—¡AJAAAAA! —Grito cuando visualizo varias cartas debajo de su bikini.

Isabella grita mientras ríe y yo meto mi mano para sacarlas. La confianza da asco.

Cuando tengo las cartas en mi mano, me alzo victoriosa y las muestro ante todos los presentes.

—Vaya tramposa. —Murmura Christian no pudiendo evitar una mueca de asco.

—¿Algo que decir antes de ser juzgada? —Pregunta Jaden uniéndose a la broma.

—Pues que al final gana la más lista y da igual si es haciendo trampas.

—Al agua. —Esta vez, es Oliver el que quiere darle un pequeño castigo a su novia.

—¡No por favor! ¡Está muy fría! —Isabella suplicaba de todas las maneras posibles, pero ninguna es efectiva. Todos nos acercamos a ella y comenzamos a cogerla de manos y pies.

La rubia se resiste e intenta patalear de mil maneras para evitar su desastroso destino, pero, es en vano ya que finalmente, la lanzamos al agua.

Michel y Christian se tiran los siguientes y de nuevo, todos estamos riendo.

Pero yo me estoy haciendo mucho pis, así que decido unirme después e ir al baño primero.

Corro hacía el baño que hay en mi habitación y me encierro dentro.

Hago el mayor pis de mi vida y cuando estoy terminando noto como alguien entra a la habitación y cierra.

—Estoy jodido. —Mierda. La voz de Jaden suena a través de la puerta y yo intento no respirar para evitar hacer ruido.

—Jaden, te cargas a tus espaldas cosas que ya no tienen sentido. —Oliver lo acompaña.

Son mejores amigos y están teniendo una conversación que sé a ciencia cierta no debería de escuchar. Me siento mal y quiero salir antes de que se desvele algo que no debiera, sobre todo por si intentan entrar y me pillan escuchando infraganti.

Pero no salgo, contengo la respiración y sigo sentada en la taza del váter escuchando a hurtadillas.

—Si que lo tienen. —Continua Jaden. —¿Cómo he podido dejar que ocurra esto? Joder.

—No te castigues más. Es algo que no pudiste controlar y ahora, tampoco puedes. —La voz de Oliver suena suave.

Jaden parece estar algo desesperado ya que escucho un largo suspiro.

El deseo de odiarte por siempre.Where stories live. Discover now