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Phoenix conocía tu contraseña tanto como la suya. ¡Quizás incluso más! (Como aquella noche de borrachera en la que se olvidó de la suya pero no de la tuya).
Eras el mejor de los amigos, ¡estaba prácticamente garantizado!
'Además, no te importaría si él apareciera. De todos modos, tu habitación era genial. Bueno, no tan genial como el suyo. ¡Definitivamente no! ¡Tenía sus chaquetas, su configuración de juego, su área de interferencia, su TV de pantalla ancha + parlantes, su cama tamaño king! Entonces tal vez tuviste cosas similares. Un televisor pintoresco, tu propia configuración de juego, un área de entretenimiento para él, una cama tamaño queen y QUIZÁS tenía una o dos chaquetas por aquí.
El punto es que su habitación era su hogar lejos del hogar, y la tuya era su hogar lejos del hogar, lejos de… hogar.
Así que entró sin siquiera llamar.
"¡Phoenix!" Saludas como si nada. Había aparecido tantas veces que ni siquiera necesitabas comprobar quién estaba en la puerta.
"¡Ey!" Se aclara la garganta, "Oye".
"…¿qué pasa?" Algo estaba pasando y era él. Ya se notaba sin necesidad de echar un vistazo. Dos "hey", uno emocionado, otro nervioso, corrigiendo el tono anterior. Fue sutil, pero te diste cuenta.
"¡Nada!" Se apresura a decirlo. Le lanzas una mirada. "Entonces..." Se aclara la garganta una vez más, "Así que tal vez haya algo". La mirada se endurece. "Está bien, definitivamente hay algo."
Le das unas palmaditas en el lugar a tu lado en la cama, lo que hace que Phoenix se ponga tenso. Mientras se acerca, junta las palmas de las manos frente a la nariz y respira profundamente. Luego, los trae frente a él. "Tengo una consulta".
"¿Una investigación?" Preguntas, sentándote.
"…Sí." Él asiente, asegurándose de parecer seguro de sí mismo. "Sí, una investigación".
Se sienta a tu lado, pero no continúa. Inclinas la cabeza hacia adelante. "Claro, claro, sí." Y continúa: "La investigación es..."
Te acercas para enfrentarlo con las piernas cruzadas.
Mierda. ¡Mierda! Mierda.
Vuelve a llevarse las manos a la nariz, respira profundamente y las saca de nuevo. "La investigación es..." Tus labios se fruncen. Sus ojos lo traicionan y se desvían. "¿puedo besarte?"
Esa... esa no era la investigación.
Tus cejas se elevan hasta la línea del cabello, "Yo-"
"¡No! No, no, yo-no, eso no fue todo. Eso NO fue todo. Yo..." Phoenix se apresura a decir algo. ¡Pero simplemente no puede! Se queda sin palabras, hasta el punto de que el "yo" se arrastra hacia algo que sale de su garganta, al borde de un hipo que no puede nombrar.
"Phoenix", se calla. "Ibas a llenar la investigación con largas excusas. Sólo dímelo", sus ojos están fijos en los tuyos. Eso es lo que quiere decir, pero se quedan dormidos como si su mente se estuviera cagando en los pantalones ahora mismo. "¿Ese iba a ser el punto?"
Abre la boca. Le echas una mirada, sabiendo ya lo que iba a decir de alguna manera. Así que tira los rellenos por la puerta trasera. "Sí."
Soltas una risa por la nariz y luego otra por la boca. Joder, te estabas riendo. A él. "Yo..." me preguntaba cuándo ibas a preguntar "¿Por qué?"
"Yo... por qué", se aclara la garganta, "tenía curiosidad, ya sabes. Me gustan las chicas, a ti también te gustan las chicas a veces y también te gustan los chicos. ¿Sí? ¿Estoy en lo cierto? ¿He estado captando la señal equivocada? –"
"Sí tienes razón."
"Está bien, está bien, bien, bien, estamos en la misma página". Te ríes de nuevo y él hace una pausa porque tiene que recuperar el aliento y es absolutamente... "Sólo... quería saber, ya sabes, si me gustaba..." No puede decirlo. "Si me gustara, uh, um-"
"¿Chicos?"
Él sólo puede asentir, con la más amplia de las sonrisas nerviosas en su rostro. Él te mira fijamente, con ojos suplicantes.
Dios. Echas la cabeza hacia atrás y miras al techo. Finalmente. ¡Finalmente! Era tan dolorosamente obvio... ¡Quería pruebas! Era estúpido, claro, terriblemente tonto, pero al diablo con esa idea; ¿Quién serías si te negaras?
Cuando vuelves a mirarlo, Phoenix parece haber renunciado a la vida. "Si seguro."
Entonces, de repente, la vida vuelve a él y se arrastra hacia ti impulsivamente. "¿En realidad?"
Te aclaras la garganta y retrocedes un poco. Estaba muy cerca de ti y, si bien fue muy divertido, estaba siendo un poco (muy) intenso. "Sí."
Se sienta frente a ti. Sin decir palabra, cierra los ojos. Durante un tiempo no pasa nada. El mundo permanece en silencio. Él permanece en su lugar y parece que tú también.
"¿Seguro que quieres hacer esto?"
"Sí."
Phoenix abre un ojo para ver y ¡oh!
Tan pronto como sus labios se encuentran, Phoenix cierra los ojos de golpe. Joder... el empuje de tus labios contra los suyos lo era todo. Se inclina increíblemente más cerca. El costado de su nariz roza la tuya. Tus labios eran tan suaves contra los suyos.
El beso le produjo tal oleada, como un cosquilleo debajo de su piel. El sentimiento lo volvió loco. (en el buen sentido, por supuesto)
Te separas, pero él se inclina hacia atrás. El movimiento es confuso. Está mareado. Entra en el beso con la boca abierta. Inclinas la cabeza, obligándolo a hacerlo también. Él gime mientras el beso se profundiza. Sus manos encuentran las tuyas. Se entrelazan.
Se inclina hacia adentro, y hacia adentro… y hacia adentro…
"Phen-"
Es Intoxicante.
"¿Phoe-?"
Estas intoxicado
"Fen." Tus manos dejan las suyas y llegan a sus hombros. Con esa influencia, lo empujas hacia atrás. "Yo... eso debería haber sido suficiente, ¿no?"
