CW: Advertencia: dbf!shouta, diferencia de edad, (sho tiene poco más de 40 años, el lector tiene 23), lector pasivo, perversión de papá, perversión de la reproducción, charla sucia, feminización, menciones de quedar "preñado" sin importar la anatomía, escabullirse, creampie, sexo sin protección (¡use condones!), elogios/degradación, mocoso!lector, celos, burlas mutuas, el lector tiene una fijación oral, uso inapropiado de piruletas, menciones de exhibicionismo, mamadas, correrse sin tocar/orgasmo con manos libres, 'tabú'
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Has vuelto a casa para pasar el verano.
Bueno, no del todo. Estás de regreso en la casa de verano de tu familia para pasar la temporada. Regalado por tus abuelos, se tambalea al comienzo de una playa, arenas cristalinas y aguas cristalinas y azules que se extienden hasta el horizonte. Lo has estado esperando desde que te graduaste, incluso si vino con unos padres autoritarios y una cantidad pecaminosa de protector solar.
El aire es cálido y espeso, pegándose incómodamente a tu piel a través del parabrisas mientras observas pasar una eterna extensión de vegetación y árboles. La carretera se ha extendido por millas, cada salida próxima y cada señal de la calle se mezclan en una a medida que pasa cada hora. Tienes la compañía de estaciones de radio y medios de noticias estáticas, que escupen algo sin sentido sobre deportes, política y seguros de automóviles. . . Pero lo que más se disfruta es el viaje que el destino. Tráfico y todo, lo prefieres al aire bochornoso y los regaños de los padres. Eso sí, la playa es bonita. . .
"¿Estás seguro de que estás tomando el camino correcto?" Es tu madre quien habla, su voz chisporrotea a través de los parlantes de tu auto. Estás seguro de que te golpearía en la cabeza por poner los ojos en blanco de forma agresiva. . . dirección general, pero no está exactamente dentro de la distancia de contacto visual. Al menos hasta dentro de cinco minutos.
"He estado haciendo esto durante años", lo has hecho, es verdad. Aunque sólo tienes veintidós años, has conducido esta distancia desde que te fuiste a la universidad. Hay un sonido similar al de chuparse los dientes a través de la radio, y tienes la mitad de la mente para darte la vuelta y reiniciar tu viaje por carretera de nuevo.
"¿Por qué hay tanta actitud en tu voz?" Su voz alegre y sonriente de repente suena mucho más estridente, para tu disgusto. Pasas los dedos por el cuero del volante y reprimes un largo y prolongado gemido.
"No hay ninguno", la grava cruje bajo el peso de su automóvil con neumáticos de goma, chasqueando y saltando en el aire mientras se detiene suavemente en el camino de entrada. Al cambiar de marcha para estacionar, la radio se apaga con solo girar las teclas. Y, quizás con más fuerza de la necesaria, estás cerrando de golpe la puerta de tu coche y quedando cara a cara con tu madre. Su teléfono todavía está en la mano, con las cejas arqueadas al pensar en su propio hijo colgándole. ". . . Actitud, ma".
