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Sacar un gato de un árbol fue la última petición que Cloud alguna vez pensó que recibiría. ¿Qué era él, un susurrador de animales? Apenas podía comunicarse con la gente tal como estaba, y ahora... estaba parado al pie de un gran roble, con los labios aplastados, con un leve pesar pesando en su conciencia.
Oh, las cosas que hizo por amor.
“¡Cloud, ten cuidado! ¡Es tímida con la gente!” le advertiste a unos metros de distancia, mirando a tu compañero felino, quien se aferraba impotente a una rama desgastada.
El rubio tuvo que preguntarse qué demonios poseyó a tu peludo amigo para subirse a un árbol y encontrar la peor rama posible para recostarse. ¿Era completamente absurdo y francamente arriesgado?
Un suspiro salió de sus labios mientras agarraba los trozos de corteza que sobresalían, sacudiendo la cabeza. “No puede haber nada peor que ser apuñalado dos veces en el mismo lugar”. Murmuró el ex soldado de infantería, escalando el árbol lenta y cuidadosamente.
Los gatos eran típicamente... asustadizos. Eso lo recordaba al menos desde el momento en que ayudó a Wedge a encontrar el suyo. por lo tanto, el hombre de pelo puntiagudo tenía que ser lento con sus avances y silencioso, ya que tampoco favorecía los ruidos fuertes ni los movimientos bruscos.
Cuando Cloud finalmente alcanzó el nivel en el que se encontraba el gato, se movió para sentarse en una rama resistente, mirando a Sora, tu gatito calicó.
La angustia era evidente en sus rasgos cuando dejó escapar un maullido que sonó más o menos como un grito de ayuda, pero el mercenario se dio cuenta de que ella también había estado en guardia.
"¡Lo estás haciendo muy bien Cloud!" vitoreaste desde el suelo, acercándote en caso de que tu amigo decidiera saltar en lugar de aceptar la ayuda de tu amante. "¡casi llegamos!"
Sus labios se fruncieron ante el elogio, las mejillas se tiñeron de rosa mientras se inclinaba, casi abrazando la rama sobre la que estaba sentado. "pspspspsps..." uf, esto es tan vergonzoso. "Por aquí, Sora... necesitaré que te acerques un poco más".
Le murmuró al gato, extendiendo su mano lo más que pudo, que... apenas estaba fuera de su alcance.
Es decir, tu amiga felina tendría que encontrar la fuerza para no solo confiar en él, sino también arriesgarse a que la madera se rompa debajo de ella en un intento de acercarse a él.
Una decisión difícil, por cierto.
Un ceño fruncido apareció en los labios del rubio mientras curvaba los dedos hacia sí mismo, un gesto para instar al gato a seguirlo. “Esto es tan estúpido… vamos, ¿por favor? [N] está preocupado por ti”. presionó, deslizándose hacia adelante, solo para que el gato retrocediera. simplemente genial.
Cloud dejó escapar un gemido y casi echó la cabeza hacia atrás, pero no quería arriesgarse a asustarla. "Están esperando que te salve, y eres muy importante para ellos, lo cual..." refunfuñó, mirando hacia otro lado. "Significa que tú también eres importante para mí... pagues o no".
Algo casi pareció cambiar en los orbes de hiedra de Sora mientras parpadeaba lentamente hacia el otro, considerando sus palabras, al menos por lo que él podía decir.
Te resultó difícil entender su conversación, o bueno, lo que sea que Cloud estuviera tratando de decirle a tu gato. Parecía que quería que se mantuviera entre ella y él.
A pesar de la situación actual, no pudiste evitar reprimir una risa en tu mano. Y dijo que no era un susurrador de animales.
Sintiendo que las puntas de sus orejas se enrojecían ante la intensa mirada que le lanzaban, el dueño del servicio de entrega de conflictos dejó escapar un suspiro antes de extender su mano por última vez. "Vamos, [N] tiene delicias esperándote y un lugar mucho más cómodo para pasar el rato que... cualquier lugar que hayas encontrado aquí". Añadió torpemente, cerrando los ojos para recibir su rechazo una vez más, sólo que… nunca llegó.
Un crujido bajo llenó sus oídos y sus ojos color zafiro-mako se abrieron de golpe, descubriendo que Sora se había acercado... a expensas de la rama a la que se aferraba.
El pánico inundó el sistema de Cloud mientras se lanzaba hacia el gato multicolor, extendiendo una mano para recuperarla mientras que la otra se agarraba a la extremidad sobre la que previamente se había sentado.
Se esperaba el grito ahogado que entró en sus oídos, seguido por el sonido de sorpresa que dejaste escapar cuando atrapó a Sora de manera segura.
Cuando la aguamarina se encontró con la oliva, Cloud sacudió la cabeza hacia el gato que tenía en las manos antes de acercarla a su pecho y dejarse caer. “Hay que tener más cuidado. tú puedes tener nueve vidas, pero yo no…”
Un maullido confundido, como si el felino estuviera fingiendo ignorancia (muy probablemente), había sido la única respuesta que Cloud obtuvo a cambio de sus acciones cuando sintió su mejilla acariciar su pecho. ¿Los gatos siempre fueron así de bipolares?.
Una vez pasado el peligro, corriste hacia tu novio, jadeando de alivio al ver a tu compañero peludo aferrándose a él. “Caramba, eso casi me provoca un infarto. Sólo tuviste que esperar hasta el último minuto... ¡tienes suerte de que Cloud estuviera allí!
Sora pareció bajar sus orejas hasta convertirse en algo parecido a las alas de un avión antes de inclinarse más hacia su salvador, ronroneando en voz baja.
La acción te dejó sin aliento, horrorizado y aún así… conmovido al mismo tiempo que a ella le había gustado tu pareja… a menos que fuera solo ella siendo desafiante.
Aun así, hizo que Cloud parpadeara, no acostumbrado a ser favorecido por los animales mientras tímidamente colocaba una mano enguantada para acariciarla suavemente. "Um... tal vez sólo te quedes con los condominios para gatos de ahora en adelante...", ofreció en voz baja cuando lo miraste expectante.
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