En el abismo

74 10 13
                                    

The infernal prince

Capítulo 25

En el abismo

Apolión

El aire era vicioso y sofocante, una pesadez aplastante y una oscura niebla perpetua, esas eran las características principales del Abismo, la prisión destinada a contener a nuestros enemigos, algunos de ellos una vez fueron nuestros hermanos.

Recientemente, se había abierto otra fisura por la que intentaban escapar, hace poco más de un siglo, estás fisuras han ido apareciendo, como el guardián de esta prisión, era mi deber sellarlas y asegurarme de que ningún demonio estuviera fuera de sus jaulas. No siempre lograba hacerlo con éxito.

—Nos volvemos a encontrar.

"Lilith".

La reina de los condenados se materializó detrás de mí, su seductora voz acompaña ese roce de su mano detrás de mi espalda.

—Eres lo único que extraño del paraíso que perdí.

Me aparto de su toque corrupto y la encaro. Alguna vez sentí admiración por la hermosa mujer que fue, ahora solo me provoca repulsión.

Lilith.

—¡Mmm! —profiere un gemido mordiéndose los labios y cerrando los ojos pretendiendo hacerme caer en su tentación —. Mi nombre suena maravilloso en tus labios.

Algo rutinario, hacia siglos que intentaba seducirme.

—Si te unieras a nuestro señor, podríamos divertirnos tanto —me dice mientras da vueltas a mi alrededor, arrastrando sus uñas por la tela de mi ropa.

Decido ignorarla.

—Acepta unirte a nuestra causa y tendrás todo lo que quieras, no más restricciones, no más reglas, no más limitaciones, con nosotros tendrás libertad.

Se me tuerce una sonrisa.

Lucifer no pudo convencerme cuando se reveló, ¿Qué te hace creer que tienes lo necesario para hacerme cometer traición? —me jacté soberbio.

—Destruiste a Fragancia, pero su esencia permanece. Puedo olerla en ti —afirmó respirando peligrosamente cerca de mi cuello —... en lo profundo de tu ser, a la espera de salir a la superficie a la menor provocación.

La forma en que Joángel se mojó los labios ese día en la cisterna de purificación vino a mi mente provocando una inesperada reacción que a la vampiresa pareció gustarle, ya que sonrió coqueta y entrelazo sus manos detrás de mi cuello, acercándose para darme un beso.

Oculté mis labios, no iba a permitir que su boca profana ensuciara mis labios. Eso la molesto.

—¡¿Qué haces?! —se apartó de mí dándome una bofetada, para luego acercarse e intentarlo de nuevo sin éxito.

Gruñe furiosa, sujetándome del rostro.

—¡Te veré caer, arcángel! Tus alas han de pudrirse en la inmundicia   —me repudia con su voz salpicada de resentimiento.  Sus uñas se clavan en la piel de mi rostro. Mi sangre dorada brota y le quema los dedos pero ni así se aparta, disfruta el dolor que eso le causa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 11 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

The Infernal PrinceWhere stories live. Discover now