Vestida de luz y oro

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The infernal prince

The infernal prince

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Capítulo 18

Vestida de luz y oro

(...)

Todos fuimos trasladados hasta uno de los salones en que el principal atractivo se hallaba en una enorme piscina, que no estaba llena de agua precisamente, mas bien parecía leche.

No paso mucho tiempo de nuestra llegada cuando la atmosfera a nuestro alrededor comenzó a cambiar. El ambiente se sentía pesado como si de repente el aire en la habitación hubiera sido succionado de golpe por el vacío. Y entonces pasó.

La leche se volvió dorada conforme comenzó a ondear, la expectativa de su llegada se podía palpar en el ambiente.

Todos los demonios estaban allí en su forma humana. Mis ojos no podían quedarse quietos en un punto fijo,la curiosidad me ganaba y mi imaginación hacía de las suyas,pensando cómo sería su verdadera forma demoniaca.

Hombres y mujeres hacíamos fila a ambos lados de la fuente.

El agua comenzó a burbujear como si estuviera hirviendo y las ondas golpeaban contra las paredes de piedra de lo que en un principio creí que era una piscina de gran tamaño, luego Abaddon me explicó que era una fuente, aunque para mí seguía teniendo la forma de una envidiable piscina olímpica en la que me habría encantado sumergirme.

Y para mi total asombro, una cabeza comenzó a emerger.

Lilith, la primera esposa de Adán, la primera en ser expulsada del paraíso, la madre de todos los vampiros, la concubina de Lucifer, su mano izquierda y un Príncipe infernal también.

La personificación predilecta de la lujuria acababa de materializarse frente a mis ojos. Vestida de luz y oro.

Aun cuando se nos advirtió a los sirvientes que no la mirásemos directamente, no pude dejar de hacerlo. Quede atrapada en su hermosura, era la mujer más bella que había visto en toda mi vida. Y había algo en ella que me resultaba familiar.

Vestía un ceñido vestido dorado que abrazaba las curvas redondeadas de su elegante figura con naturalidad, como si formara parte de su piel, su cabello de un rubio dorado estaba recogido en lo alto de su cabeza donde una corona de oro relucía igual que llamas doradas. Sus ojos grandes eran resaltados por la henna negra y oro conque delinearon sus parpados, y sus labios eran rojos aunque no podía distinguir si eran naturales o si se veían así gracias al maquillaje, pero hacían resaltar la palidez de su cara. Pude ver en ella algunos rasgos que le heredó a su hijo Cassio.

(...)

Para entretener a la reina, Yusuf organizó una serie de juegos sádicos en los que los sirvientes humanos del castillo llevaron las de perder. Fueron desde peleas al estilo gladiador, hasta un complejo juego de ajedrez tamaño natural en el que las fichas del tablero estaban representadas por demonios y obviamente humanos, estos últimos representaban a las piezas blancas por lo que los demonios jugaban con las negras, y lo único que sé del ajedrez es que las piezas blancas mueven primero.

The Infernal PrinceWhere stories live. Discover now