Me'n Nalye (Alma mía)

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The infernal Prince

Capítulo 17

Me'n Nalye(Mi alma)

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Me'n Nalye
(Mi alma)

POV ABADDON.

El cielo cayó y la humanidad también.

Llegamos de un momento a otro y nos esparcimos con el viento hacia todos los rincones del mundo, arrastrando tras nosotros todo el caos y el dolor.

Teníamos el poder de destruir y/o esclavizar a toda la humanidad. Todo avance tecnológico colapso con nuestra llegada, podíamos restaurar muchos de sus artilugios si quisiéramos, pero no queríamos, yo en particular. No los necesitarían más. La era del hombre había llegado a su final.

Era nuestro turno de reinar sobre esta tierra y nada ni nadie podría impedirnos lo ya. La guerra entre el cielo y el infierno había terminado, nosotros ganamos y había un nuevo orden divino, Lucifer se sentaba en el trono celestial y envío a sus príncipes a colonizar la tierra y eso en sí era un verdadero fastidio.

Acatar las órdenes de mi señor nunca antes fue tan aburrido. Yo ansiaba la lucha, el desafío, cosa que los simples mortales no representaban para mí, eran simples peones, marionetas a sacrificar en una partida que llevaba milenios jugándose y que ahora había llegado a su final.

Era una lástima. Yo amaba estar al frente de cualquier batalla. Cuando llegamos a la tierra supe que por siempre la odiaría, los humanos se habían encargado de envenenarla hasta pudrirla, plaga de langostas que solo actúan por su propio beneficio, mentirosos y fanfarrones, sucia muchedumbre que solo viven para venerar el dinero.

Quizás fue por eso que mi señor me encomendó otra misión. Acabar con aquellos que lograron escapar.

Esa era mi encomienda. Sofocar la rebelión, aplastar la insurgencia y con ello a los ángeles que seguían luchando a favor de los humanos, quiénes los escondían bajo su hedor. Bajo esa hediondes de inmundicia humana.

Un centenar de ángeles huyeron a la tierra tras su inminente derrota. Por la algarabía del triunfo, casi se nos pasa, pero los descubrimos y Lucifer dió la orden de acabar con ellos y cualquiera que les brindará cobijo.

Y esa responsabilidad me la dejó a mí específicamente. Su mano derecha, su príncipe infernal. Tarea que llevaba cumpliendo exitosamente los últimos seis meses después de nuestro arribo hasta que algo inverosímil sacudió con un golpe mortal nuestro regocijo.

Apareció un humano capaz de manipular un arma angelical, una insignificante rata con la fuerza para matar a un Príncipe infernal.

The Infernal PrinceWhere stories live. Discover now