¿La raza humana algún día comprenderá el gran error en el que ha vivido? ¿Existe la posibilidad de alcanzar la paz como máximo ideal? Dios pensó que no y envió el apocalipsis a la tierra. La indiferencia humana y su infinita arrogancia no nos permit...
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Capítulo quince
Él, chupó la coyuntura entre mi hombro y mi garganta extrayendo mi sangre.
—Ca-Cassio... —susurré con voz suave y ronca. Ya no me dolía. Él tenía razón, comenzaba a disfrutarlo. Y un extraño letargo se iba apoderando de todo mi cuerpo, las sensaciones con que estaba llenando mi cuerpo eran maravillosas.
Una de sus manos se deslizó hacia abajo mientras que la otra apretaba mi espalda. Apartó mis piernas con su rodilla dejándome sentir su poderosa erección que me arrancó un gemido involuntario y eché mi cabeza hacia atrás para darle más acceso a mi garganta.
Cassio lamió con más intensidad, frotando su entrepierna contra la mía.
Mi cuerpo comenzó a temblar por el efecto de su mordida llevándome hasta la cumbre de un orgasmo.
—Deliciosa, sabes tan bien...
Mi cabeza seguía dando vueltas en aquel torbellino de locura en el que acababa de caer cuando el vampiro me atacó. Hubo un resplandor, como un fulgor que lo apartó momentáneamente de mí. Un destello de tres fauces que arrojaban fuego.
—¡Es mía! —oí que gritaba el vampiro y tres aullidos le respondieron.
Era el cancerbero.
¿Y ahora qué?
¿Él también quería un trozo de mi cuerpo?
¿Ó quería tres?
Los que fueran... Cassio iba a pelear por qué no los tuviera.
Su confrontación es lo último que recuerdo que pasó. Primero oí un golpe seguido de un rugido y el grito de alguien muy enfadado. Noté un ligero tirón en el cuello y que me quitaban un gran peso de encima. Entonces, un ángel guerrero apareció frente a mí. Me hablaba con urgencia, pero yo no entendía nada de lo que decía. Intenté hablar, y mi lengua no me respondía, estaba trabada, hecha nudo. Me sentía tan cansada... Los párpados me pesan y me cuesta mucho trabajo mantenerme despierta.
Pronto me quedé sin energía.
Mi vista se terminó por nublarse y mi mente comenzó a vagar en busca de esa somnolienta paz que comienza a extenderse por el resto de mi cuerpo.
