¿La raza humana algún día comprenderá el gran error en el que ha vivido? ¿Existe la posibilidad de alcanzar la paz como máximo ideal? Dios pensó que no y envió el apocalipsis a la tierra. La indiferencia humana y su infinita arrogancia no nos permit...
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Edgael
-¡¿Robín!?
El hombre moribundo me recibió con una tierna sonrisa.
Mi corazón se apretujo en mi pecho al mirarlo en tan mal estado. Trastabillando por la casucha me acerque a él, la versión remasterizada del elfo me observaba inmutable desde la puerta.
-¡Robín!-una mezcla de alegría y angustia se apoderó de mí. En verdad se encontraba en muy mal estado.
Un ataque de tos sacudió su cuerpo obligándolo a expulsar sangre por la boca.
-¿Qué pasa? ¿Qué es lo que tiene? - pregunté directamente a aquél sujeto al que no le encontraba clasificación.
-Se esta muriendo -respondió secamente recargándose junto a la destartalada puerta por la que entramos minutos antes. La forma tan fría en que lo dijo me molestaba. Era como si no le importara para nada. Como si no tuviera sentimientos en absoluto.
Me arrodillé junto a Robín y lo ayudé a incorporarse, no había de donde coger agua para ayudarle a pasar ese lapsus de tos. Cuando logró calmar su tos le pregunté:
-¡¿Qué fue lo que pasó?!
-Tranquila bonita, todo esta bien. Este cuerpo viejo no resistió las heladas de este crudo invierno, eso es todo, estoy muriendo, así de simple, no hay nada que hacer.
"¡¿Nada que hacer...?! ¡¿ Así de simple...?!
Su actitud pasiva, me insultaba en ese momento.
¡Por Dios! Se estaba muriendo y no era capaz de dejar su bondad por un momento y enojarse como lo estaba yo. Quería agarrarlo por los hombros y darle una buena zarandeada.
Otro ataque de tos interrumpió mis pensamientos y lo primero que se me ocurrió hacer, enojada como estaba por esa injusticia, fue gritarle al sujeto detrás de mí, que sólo observaba con indiferencia como poco a poco se moría mi amigo.
-¡Ayúdale! ¡Has halgo!
Estaba desesperada.
El rubio permaneció cruzado de brazos observando.
Yo le daba pequeños golpecitos en la espalda a Robín intentando inútilmente ayudarlo.
-Morir forma parte de lo que son - dijo con toda indiferencia, dejándome claro su inhumanidad -. Además - añadió -. Yo ya hice mi parte, te rescate de ese demonio. Cumplí con nuestro trato.
