Avernos

708 91 26
                                    

The infernal prince

Capítulo doce

Capítulo doce

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Avernos

Sólo fueron unos segundos, que a mi humanidad le parecieron una eternidad, pero entonces:

Una ruptura en el tiempo y el espacio surgió, una fisura como el rasguño de un gato, la brecha se fue ensanchando hasta alcanzar la altura de Abaddon, de su interior emanaba frío y la oscuridad nos abrazó.

Sin vacilar un instante, el demonio cruzó dejándome atrás,  no parecía preocuparse por sí lo seguía o no. Sabía bien que me tenía en sus manos.

Al atravesar la fisura, el frío congelante se arremolinó a mi alrededor, Abaddon parecía no sentirlo. Y luego...el viento. Fui zarandeada a gran velocidad por una corriente gélida y era una sensación aterradora. Y así de pronto como empezó, así de pronto el viento cesó.

Cuando volví a sentir el suelo bajo mis pies, estaba muy lejos del punto de partida, muy lejos de Robín y su ángel guardián.

De no ser porque él aún me sujetaba de la cadera, habría caído de bruces mientras trastabillaba.

—Lo siento. La primera vez que te materializas, suele ser aparatosa. ¡Me sorprende que no estés vomitando todavía!

Su arrogancia me golpeó el orgullo. En ese preciso instante, sentía el estómago en mi garganta, pero gracias a su oportuno comentario, lo obligué a bajar de nuevo.

—¡Por fin en casa! —exclamó Abaddon.

Lo miré con recelo y odio puro, tratando de recuperar el aliento. Nos habíamos transportado o algo así.

—¡¿Todo el tiempo has podido hacer esto?! —pregunte, con mis manos, apoyadas sobre mis rodillas y la respiración agitada y temblorosa todavía mientras los restos de la magia que utilizó Abaddon para traernos hasta aquí, se va desvaneciendo.

Él se limitó a mirarme de soslayo y reprimió la sonrisa que comenzaba a asomar entre sus labios.

Enderece mi cuerpo como pude, tratando de mantener en alto mi dignidad. El orgullo primero.

Mi destino finalmente me había alcanzado. Era cuestión de segundos para que atravesara las puertas del inframundo. Mi estómago dio un vuelco involuntario al encarar el nuevo panorama que se revelaba frente a mí. La iluminación era deficiente pero era suficiente para captar la forma de una pared a varios metros por delante de nosotros. Una puerta imponente y alta que se alzaba hacia cielo como retándolo a que la derribara. Tan imponente y amenazadora como el príncipe infernal que me acompañaba.

The Infernal PrinceWhere stories live. Discover now