Capitulo 11

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Capitulo 11

¿Por qué le propondría algo así?

La pregunta le rondó en su cabeza unos segundos, segundo que a Baran le parecieron horas. Sí, era una locura. Es decir, ella era menor aun y, se odiaban, bueno lo último no era del todo cierto, pero de igual manera, era una total locura.

—No puedo. —sentenció la joven con dulzura, una dulzura muy característica de ella.

Era algo bastante arriesgado.

Baran sonrió con esfuerzo y afirmó lentamente.
Era de esperarse que no aceptaría, pero en su interior, muy en el fondo tenía la esperanza de que lo acompañará. Había pasado tanto, esperado tanto y ahora, no podía contenerse.

—Lo sé. —se acercó más a ella quedando a pocos centímetros de distancia. —Creo... —hizo una pausa queriendo cambiar sus palabras pero, estas simplemente salieron de su boca en un susurro.—Te voy a extrañar estos dos días.

Khata soltó una risita burlona. Le era tan confortante escuchar eso, y más de él.

—Vuelve rápido para que no me extrañes tanto. —puso sus brazos alrededor de su espalda con un poco de dificultad. —Es la única solución que tengo para ti.

Baran sonrió ampliamente.

Era un momento tan bonito que les pareció irreal a ambos, había algo ahí. Algo que los dos se habían obligado a olvidar, pero, últimamente les era tan fácil ignorar las cosas importantes. Es decir; siempre lo habían hecho, habían estado ahí, ignorando lo que desde el momento que se conocieron crecía poco a poco en su interior. Ocultando el sentimiento con peleas, gritos, y huyendo uno del otro cada que podían. Ahora, en ese momento, no poder separarse, les parecía tan fascinante, y era tan satisfactorio darse cuenta de ello. El sentimiento siempre estuvo ahí, siempre se mantuvo en cada uno de ellos, pero no debían sentirlo. Aún, sabían que no debían, pero preferían ignorar la culpa, porque lo que sienten es tan grande que simplemente les gana, y lo único que les queda es ser ellos mismos, sin ver, ni escuchar a nadie mas. Solo los dos.

Baran bajó el rostro para unir sus labios, en un beso corto, pero lleno de tantos sentimientos, sentimientos que aún no podían descubrir, o mejor dicho que aún no podían admitir en voz alta. Un beso, lleno de muchas promesas silenciosas.

—Lo haré. —prometió separando sus labios con lentitud.

Khata se quedó dormida minutos después de que Baran se fuera. Durmió con mucha paz luego de tantos días tormentosos. Se olvidó de pensar en lo bueno y lo malo, en lo peligroso y en lo que no debía hacer. Se obligó de aceptar lo que estaba sintiendo por Baran, y pidió perdón en silencio, sabiendo que no sentía arrepentimiento en absoluto.

A la mañana siguiente, Baran ya se había ido, pero en su mesita de noche había una hermosa rosa, una que definitivamente no estaba ahí horas antes. Sonrió tan ampliamente por el detalle.
Al bajar luego de ducharse con la sonrisa más amplia que jamás había tenido en bastante tiempo,  en la cocina estaba una Bárbara muy alegre o eso le pareció.

—Khata. —la llamó con algo de sutileza. Tan forzada: pensó. —Desayuna conmigo, la casa se siente tan sola. —el comentario la sorprendió, a todas en realidad ya que Acassia venía entrando al lugar cuando lo dijo. —Tu también Acassia. Pedí desayuno para las tres, ya que Baran se fue tan temprano que ni pudo despedirse. Mi hijo tan ocupado. 

Su hermana le sonrió, y con cuidado se sentaron a cada lado de la mesa. No le dió mucha atención al comportamiento de la mujer, la conocía bastante bien para saber que algo tenía entre manos y que esa amabilidad le duraría muy poco.

Khata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora