Capitulo 21

1.5K 76 17
                                    

Capitulo 21

La besó mientras la pegaba a la pared haciéndola sentir su dureza, su deseo. Metió la lengua en la boca de la joven acariciando con fuerza causándole un revoloteo de mariposas en el estómago. Sus labios se movían con desesperación.
Khata le gustaba demasiado todo lo que estaba sintiendo en aquel instante. Todo su cuerpo ardía por la pasión del momento, quería más. Levantó sus manos y las enredó en su cabello queriendo profundizar más el beso. Baran empujó levemente su erección haciéndola separarse para soltar un jadeo que hizo que el hombre la tomara nuevamente con deseo.

—Baran. —susurró mirándolo a las ojos con las mejillas enrojecidas.

—No me pidas que pare por favor. —le susurró con la voz ronca de una manera que jamás había escuchado.

La joven rió negando sin soltarlo.

—No quiero eso. —mordió su labio con nerviosismo. Sí, muy nerviosa a la par que deseosa. —Es que yo... nunca lo he hecho.

Los ojos del hombre la miraban fijamente cargados de deseo, sin embargo cambiaron por un momento a mirarla con ternura al escucharla, como si acabara de decir la cosa más obvia del mundo.

—Lo sé, bonita. —respiró hondo juntando sus frentes. Lo vió meditar unos segundos algo que le costó demasiado decir. —Entiendo si me dices que pare ahora.

Sus ojos gritaba lo contrario y eso fue algo con lo que a Khata le fue imposible no reírse.

—Quiero que sigas. —apretó sus hombros luego de dejar un beso delicado en su mejilla. —Si paras me voy a molestar mucho contigo.

Baran juntó sus labios luego de escucharla.

—No me gusta para nada la Khata molesta. —jugueteó mientras esparcía besos por todo su cuello.

Ya estaba hecho, ya habían caído y ya estaban perdidos. Lo único que les quedaba era disfrutar lo que tenían, porque aunque lo ignoraran sabían perfectamente que nada de lo que estaban teniendo terminaría bien. Pero ahora sólo querian disfrutar de cada uno.

Barna lamió su piel la cual se encontraba caliente y eso le causó un estremecimiento de placer que se conectó con su entrepierna. Caminó con ella sobre él para dejarla con delicadeza sobre el colchón y sus ojos se clavaron en el hermoso rostro de la joven, ambos estaban ardientes de deseo. Se desabrochó su pantalón acercándose a ella la cual le rodearon las caderas para sentirlo mejor. Khata no sabía muy bien lo que hacía pero lo único qué necesitaba era que su cuerpo estuviese lo más unido al de ella.
Empujó con suavidad sus caderas  y con eso sintió un pinchazo de placer que le hizo cerrar los ojos.

—Eres tan hermosa.  —declaró bajando sus dedos hasta su cintura. Con cuidado levantó su camisón sobre su cabeza dejándola totalmente desnuda ante sus ojos.

La miraba con tanta admiración a la par que deseo que sin saber porque Khata sentía que lloraría en cualquier momento.

—Si quieres que pare dímelo ahora, bonita, porque por mucho que me muera por estar dentro de ti, no quiero hacerlo si tú no te sientes completamente lista.

Khata estaba segura, más que eso estaba decidida. En realidad era lo que quería desde hacía varios días, quien sabe quizás hace mucho más, solo que nunca se había puesto a pensar lo que en realidad pasaba entre ellos. En cada discusión, en cada grito, en cada mirada, el deseo siempre estuvo ahí y ahora podían liberarlo.

—Lo estoy. —soltó en voz baja.

Lo observó separarse mientras sus piernas quedaba a abriertas ante él. Si mirada era digna de admirar. Sus ojos recorrieron las piernas desnudas, desde los pies hasta los muslos, su interior,  luego su abdomen, pasó mucho tiempo sobre sus pechos… hasta volver a posarse en sus ojos olivos.

Khata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora