Capitulo 13

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Capitulo 13

Estaba loco. Totalmente loco, no creía que fuera capaz de golpearlo o bueno sí, sabía que era muy capaz, pero no pensaba que lo dejaría tan mal. Todo el rostro de Marcelo estaba hinchado, su labio partido y su ojo morado.
Baran era agresivo pero eso ya era otro nivel.

—Marcelo. —susurró acercándose a él tímidamente. —No puedo creerlo. —le tomó el rostro delicadamente tratando de hacerle el menos daño posible.

El recién nombrado le sonrió, una sonrisa débil, repleta de dolor: pensó la joven. No podía imaginar lo que estaba sintiendo.

—Estoy bien. —dijo con lentitud. —Tranquila Khata, solo fue una discusión.

La joven negó, Dolores: la madre de Marcelo, entró juntó a Katherine una chica de servicio la cual traía unos medicamentos en sus manos.

—No fue solo una discusión. —le tembló la voz al decirlo. —¿Por qué te pegó está vez? —preguntó Khata viendo cómo se tomaba una pastilla y su madre le pasaba un ungüento en algunas heridas aún abiertas.

La paliza había sido recién y no había necesidad de mencionar al culpable.

—Por culpa de la vieja de Bárbara —Katherine soltó con odio más la mirada de Marcelo la había hecho callar. —Lo siento, pero ella siempre es la que inventa todo.

Khata ignoró el comentario, en realidad no era nada nuevo de oír. Todos en la hacienda la odiaban, era difícil no hacerlo y más cuando la mujer se encargaba diariamente de humillar a todos.

—Sea cuál sea el motivo Baran no tiene ningún derecho de golpearte, y mientras lo sigas dejando te seguirá pegando cada que quiera.

—No, Khata. —había dicho Dolores con cara triste. —Si Marcelo le devuelve el golpe lo más probable es que el joven Baran nos corra.

Ese comentario le había partido el corazón a la joven.

—¡Pero es injusto! —gritó sin creerlo. —Baran no tiene ningún derecho. —Una rabia comenzó a crecer en su interior. —Esto no se va a quedar así.

Dijo con determinación saliendo a buscarlo pese a los llamados de la mujer.

Era tan injusto todo. Baran siempre le había pegado, pero siempre lo veía como peleas de niños ya que Marcelo le devolvía uno que otro golpe, pero en esa ocasión era diferente. Ahora, era el patrón del lugar, y se creía con derechos sobre todos los trabajadores y no era así. Su padre jamás llegó a faltarle el respeto a nadie en el lugar y ahora con Baran todos parecían temerle.

—¡¿Estás loco?! —le gritó llegando a su lado, los peones quedaron en total silencio ante su llegada.

Tenía días sin ir a las caballerizas, exactamente los mismos días desde que fui padre falleció. A decir verdad ese lugar le recordaba demasiado a su padre y eso la atormentaba. Ahora todo era muy diferente.
Baran por su parte tenía una pequeña sonrisa en su rostro, aunque su mirada era de confusión total. Su rostro estaba impecable, Dolores tenía razón. Marcelo no le había devuelto ningún golpe y apostaba que nadie hizo nada para detener la golpiza que le estaban dando al pobre joven.

—Claro... —dijo con sarcasmo al notar el porque de su presencia. —Vienes a defender a tu noviecito.

El comentario hizo que todo su cuerpo temblará de enojo, le era imposible creer lo que estaba escuchando. Acaso ¿No se daba cuenta que acaba de golpear a alguien por qué sí? Sin ningún motivo prácticamente.

—¡Qué no es mi novio! —gritó con los puños apretados. —¡No tenías porque golpearlo!

El rostro de Baran comenzaba a transformarse de una manera que no le gustaba, pero sorprendentemente, no la asustaba.
La había tomado del brazo, con fuerza, más no la llegaba a lastimar, ella quiso soltarse pero éste no la dejó. Se alejaron un poco de los peones los cuales miraban con disimulo, sin embargo ninguno llegaba a comentar nada. Era de esperarse nadie haría nada.

Khata ©Where stories live. Discover now