Capitulo 22

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Capitulo 22

El sol comenzaba a mostrarse a través de la ventana reflejando sus cuerpos los cuales no se despegaban. Baran no dejaba de acariciar lentamente su espalda, cabello, hombros y constantemente dejaba pequeños besos sobre su cabeza,  Khata por su lado trazaba líneas sobre su pecho inconscientemente.
Era uno de esos momentos en dónde todo está en paz ya que no pensaban más que disfrutar lo que tenían. No había nadie, solo dos personas que estaban enloqueciendo el uno por el otro sin poder evitarlo, sin querer evitarlo realmente.

—Buenos días. —la voz de Baran se encontraba más ronca de lo normal, sin embargo cargaba con ella una calma que jamás había escuchado. —¿Dormiste bien?

Khata paseó su mirada por cada una de las atractivas fracciones de su rostro logrando con ello que su cuerpo se calentará sin poder evitarlo.

—Creo... No he dormido mucho a decir verdad. —dijo sonriendo ampliamente.

—Mi culpa. —respondió Baran devolviendo el gesto mientras que con las yemas de sus dedos le acariciaba la parte trasera de su cuello. —Lo bueno es que es hoy no vas a la escuela, puedes descansar más tarde.

Khata lo miró extrañado por varios segundos.

—¿Por qué no iría a la escuela?

El hombre enredó sus dedos en su cabello apretando ligeramente haciéndola soltar un jadeo involuntario.

—Porqué saldrás conmigo. —sentenció con voz confiada.

La joven entre abrió sus labios para poder respirar ya que el sentir el poder que el hombre estaba ejerciendo sobre ella la estaba calentando de una manera que jamás imaginó. 

—Pero ¿Cómo se supone que saldremos juntos sin que nadie lo noté? —le costó preguntar cuando la otra mano de Baran apretó con fuerza su cadera.

En unos segundos sintió como el hombre la abrazó por la cintura a la vez que le separaba las piernas y se posicionaba entre ella sobre con facilidad. Era pequeña en comparación con él, el cual tenía un cuerpo realmente trabajado, sin embargo parecían encajar a la perfección.

—Despacio. —dijo ronco a la vez que bajaba una de sus manos para acariciar su vientre con delicadeza.

Sabía que se encontraba sensible aún y aunque se muriera de ganas de volver a estar dentro de ella debía darle tiempo. Sin embargo, podía admirarla sin ningún impedimento.

—Responde. —Khata cerró los ojos al sentir como uno de los dedos de Baran comenzaba acariciarla.

—Nadie importa Khata. —relamió sus labios con los ojos brillosos de deseo. —Solo nosotros, siempre ha sido así, solo que lo ignoramos.

Acarició su entrada con lentitud la cual estaba humedad facilitándole el trabajo. Bajó su mirada hasta sus pechos, los cuales quedaban frente a su visión en todo su esplendor, perfectos para él, tal como los imaginaba. Levantó una de sus manos para apretar ligeramente uno de ellos y la vió respirar profundo ante su tacto.

—¡Baran! —una voz muy conocida seguida de unos insistentes golpes en la puerta llamó la atención de ambos.

Khata se sobresaltó al escuchar la insistente voz de Barbara a través de la puerta tocando impaciente. Baran por su parte soltó una maldición enojado por la interrupción.

—¿Qué pasa? —soltó de mala gana sin dejar de acariciar a la joven en su cama la cual se había tensado de pronto.

Khata se intentó separar pero Baran se lo negó aprisionando su cuerpo más en la cama.

Khata ©Where stories live. Discover now