Capitulo 16

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Falta editar 💕
Pero lo dejo por aquí deseándoles un feliz año 2024 💕

Capitulo 16

-Debes disculparte con Marcelo. -tomó asiento en el filo de la cama a la vez que Baran hacía lo mismo en la otra esquina.

-¿En serio hablaras de él? -le respondió con voz dura mirándola con oscuridad en sus ojos.

Khata cruzó sus piernas al oírlo hablar con voz tan ronca, era una reacción incontrolable en ella.

-Fue tu culpa por golpearlo. -respondió a la vez que se arrodillaba en el colchón bajo la atenta mirada de Baran. -Debes disculparte.

Gateó hasta él con lentitud viendo cómo el rostro del hombre cambiaban la expresión del enojo al gusto y viceversa. Quedó frente a él con las las rodillas clavadas al colchón.

-Khata. -dijo a la vez que la joven sonreía tímidamente. Por alguna razón había más confianza en la joven esa noche. -No lo haré. -Khata asintió con lentitud y con clara intención de levantarse de la cama pero Baran fue más rápido al tomarla por la cintura y colocarla fija en su sitio. -No, quédate.

-Baran. -le devolvió el susurro. -Promete que te disculparas.

El rostro del hombre se endureció, lo odiaba, no había duda de eso. Desde que eran niños se había encargado de demostrarlo.

-No volveré a pegarle, es todo. -sentenció con dureza tomando sus muñecas con delicadeza. -Siempre y cuando se mantenga alejado de ti.

-No puedes decir eso él es mi amigo.

-No sigas con eso. -soltó abrazándola con rapidez sorprendiendola en el acto. -Por favor.

Khata junto sus frentes sintiendo como su respiración comenzaba acelerarse y fue el momento preciso para que Baran la besara como tanto quería desde hace tiempo. Sus labios acariciando y deseando todo de ella.

-Baran... -susurró luego de un beso lento.

-Dejame tocarte por favor. -suplicó mirándola a los ojos. Los ojos no mienten y los de él se veían tan perturbados, queriendo de ella para poder entrar en calma.

Pasó las manos por su cintura lentamente notando cómo Khata lo permitía con algo de timidez pero segura de lo que quería. Era tan bonita, pensó Baran con admiración. A veces le costaba tanto creer que estaba ahí, tocandola, besándola, era lo que siempre había querido. Desde hace años lo era, claro que sí. Ese sentimiento por el que se odiaba diariamente, por el que se maldecia cada que la veía. Khata había sido su tortura por tantos años y ahora la podía tocar, la podía abrazar, podía tomar su rostro con delicadeza y respirar su mismo aliento. No podría dejarla, no después de todo lo que había aguantado sin ella, no después de haberla besado y haber sentido que estaba en el mismísimo cielo, no podía volver a estar sin ella. Tenían todo en contra, sin embargo no le interesaba, la tenía a ella y era lo único que en realidad importaba.

Khata soltó un pequeña risa al momento de sentarse ahorcadas sobre él, haciendo que un punto en específico se encendiera en ella y más aún cuando las manos de él bajaron a sus piernas dejando una caricia lenta en sus muslos.

-Baran. -la voz de ella sonó ahogada.

Él la besó un beso lento, introduciendo su lengua de una manera digna de admirar, haciendo que un calor profundo en su intimidad se intencificó. No paró de besarla mientras sus manos tomaron la parte baja del camisón con intenciones de quitárselo.

-No haremos nada que no quieras, te lo prometo. -se separó de ella y Khata pudo ver la sinceridad en sus ojos, asintió.

Él continuó de manera lenta quitando por encima de la cabeza el camisón. Baran soltó un suspiro al verla solo cubierta por su brasier, su piel brillaba en medio de la oscuridad y le parecía una total obra de arte, estaba perdido y no parecía importarle que ella lo notara. Pasó sus labios por su mejilla dejando un camino de besos para luego bajar a su cuello al momento que Khata hechaba su cabeza hacia atrás para darle mayor acceso.
Baran se levantó de la cama con ella en brazos y con cuidado la colocó encima del colchón.
Khata suspiro al sentirlo tan cerca de ella, su pecho empezaba acelerarse con cada beso, con cada toque. Colocó sus piernas al rededor de él mientras Baran se posicionaba justo en su entrepierna, la tela de su pijama era fina, tanto que podía sentir su dureza a través de su pantalón.

Khata ©Where stories live. Discover now