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No va a pasar

La semana había sido bastante más tranquila, había estudiado cada día. Cada minuto que tenía libre lo utilizaba para escuchar un podcast sobre los temas que estudiaba y así llenar mi pequeña cabeza de toda la información posible.

Laura, la hermana de Aaron, me estuvo ayudando en todo lo que necesitaba. Incluso se ofreció a dejarme apuntes de su etapa universitaria. Me negué, tampoco quería ser un incordio para nadie, pero igualmente me pasó unos cuantos artículos y apuntes por correo electrónico.

También hablé con el entrenador, le pedí información sobre los partidos que los pequeños iban a tener y por suerte me informó que se habían suspendido hasta después de las vacaciones de navidad ya que muchos de los niños necesitaban tiempo para entrenar y se había llegado a ese acuerdo. Me tranquiliza muchísimo que no vaya a tener que verme cara a cara con entrenadores "profesionales" hasta dentro de mucho tiempo. Quién sabe, quizá para ese momento yo también sea "profesional".

A quien quiero engañar, nunca voy a llegar a ese punto, pero soñar es gratis.

Por cierto, he optado por estudiar siempre en la habitación, así no hay opción de encontrarme con señorita malas pulgas.

Sadie había estado todos los días en la biblioteca, los exámenes están más cerca que nunca y se nota en el ambiente tenso de los pasillos. Muchos apuntes, muchas caminatas con pasos rápidos para ir de un lado a otro y empezaron a notarse los cambios. Ya apenas aparecía por la cafetería a por un café, lo compraba de la máquina expendedora y me iba directa al cuarto a estudiar, el programa de cocina no llegaba a empezar y, en general, se resume en que mi vida se había convertido en hincar codos día sí, día también.

Me había comprado unos cascos inalámbricos que conectaba al ordenador y me ponía ondas alfa. Supuestamente ayudan a que la información se retenga mejor y más rápido. ¿Lo hace? Pues no tengo ni idea, yo solo sé que lo hago y que llevo cuatro temas de Física y Matemáticas bien aprendidos para cuando llegamos al recinto del partido.

El partido tan esperado por todos.

Mark vino con nosotras, cuando le dijimos que teníamos entradas privilegiadas no fue capaz a negarse. Incluso lleva la cara pintada con dos rayas rojas a cada lado de la nariz. Todo un seguidor de los Steel Demons.

—¿Quieres palomitas? —Mark y Sadie estaban tan nerviosos que habían llevado snacks y ya se lo habían terminado todo. Así que el chico del puesto de comida se estaba poniendo las botas de dinero y ellos de golosinas.

Les miraba como engullían todo mientras bebía de mi botella de agua con normalidad. Por un segundo pensé que iban a comprar el puesto entero de comida, pero a la quinta bolsa de cacahuetes pararon. La música se intensifica dando entrada a ambos equipos. Los Steel Demons que van de rojo y los Blue Hawks, como es de esperar de azul.

La pelota toma contacto y empiezan a ir de un lado a otro con velocidad. Los pases son consecutivos y mi mente no está preparada para tanto movimiento en tan poco tiempo.

Varios puntos después se hace un parón donde unas chicas de cuerpo increíble y pasos de bailes genuinos nos emboban a todos. Un mensaje caiga mi atención y me alegro al saber que es de Laura.

Laura hermana Aaron

Qué tal llevas el último
ejercicio?
Conseguiste hacerlo?

La verdad es que lo
dejé a medias.
Fui a ver el partido
de los chicos.

Ganan?

Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}Where stories live. Discover now