25

6 2 0
                                    

¿Será o no será?
Esa es la cuestión

—Mierda, tendría que haberme dado cuenta antes.

Nick se queda mirándome mientras paseamos por el centro comercial. Lleva una sudadera gris y unos pantalones vaqueros. No es nada del otro mundo, pero es suficiente para que todas las chicas se queden babeando por él. Habíamos pasado los últimos días hablando de hacer esa cena que le prometí como regalo de Navidad y la verdad es que me pareció una idea increíble. Los días en la playa me habían dejado un ligero moreno que con el pelo rubio le hacían más guapo.

—¿No era obvio? —pregunta él mientras se termina el batido de vainilla con el que lleva ya casi una hora—. Tampoco se van a echar a su cuello a estrangularlo.

En mi cabeza creí que iba a ser buena idea llevar a Hunter a casa sin decir nada, pero empiezo a darme cuenta que esa idea es un poco descabellada. Desde lo que pasó con Liam papá y mamá no han visto otro chico en mi vida y llevar a uno de la nada podría acabar de muchas formas.

—Pues seguro que no, pero no conoces a mis padres. A veces pueden ser... intensos.

Nick no sabe el tema de Liam en la versión premium, pero sí le he contado el echo de que mi ex apareció de manera inesperada en la boda a parte de mencionar que la relación con mis padres fue... mala, bastante mala.

En la lejanía veo el restaurante donde he hecho la reserva. Habíamos cambiado de lugar al que solíamos ir, queríamos probar algo más sofisticado. Reconozco que siempre me ha gustado comer, pero Nick me ha enseñado los buenos restaurantes donde no hace falta dejarte un riñón para comer bien.

—¿Y tu hermano no te ha contestado?

—Mmh... —ni siquiera le he escrito cuando dije que lo haría— No.

Tira el batido a una de las papeleras cercanas y se relame los labios. Miro el reloj en la pantalla del móvil. Quedan unos veinte minutos para que podamos entrar al restaurante.

—La última vez que lo llamé me dijo que quería espacio, que ya tendríamos tiempo de hablar.

Alza las cejas soltando un bufido.

Miro a lo que sea que le ha hecho reacción viendo un grupo de chicos con chaquetas naranjas con las mangas bordadas como si fuera fuego. Un diseño interesante, aunque no puedo pasar por alto la cara de Nick.

—¿Quiénes son?

—Dangers Dragons. El próximo partido es contra ellos —explica con simpleza, no obstante su voz tensa me hace pensar que hay algo más que un partido simple—. Da igual, pasemos de ellos. Es lo mejor que podemos hacer.

Pasamos por su lado con la intención de hacer como no existieran, pero cuando uno de ellos le da un codazo a Nick y no hace nada me muerdo la lengua para no decir cualquier barbaridad. No obstante, se me adelantan.

—¿Te has perdido Demonio? —la voz de un chico de pelo completamente negro con las puntas rojizas hace que me voltee— ¿Estás preparado para comer suelo una vez más Howland o ya tuviste suficiente aquella vez?

Nick echa humo. Se pone a un lado de mi y me susurra que nos vayamos, pero no puedo permitir que lo hablen así. Le han llamado demonio, es su equipo, pero la manera en la que lo ha dicho es de la forma más despectiva y horrible que he escuchado. El chico cambia su objetivo fijándose en mí. Me repasa y vuelve a Nick.

—¿Y está quien es? ¿Tu puta particular?

Tuvo que decirlo.

Nick se adelanta metiéndose de por medio empujándolo. El chico resbala y cae al suelo de espaldas. Mi amigo lo señala desde las alturas y con la voz más calmada le dice:

Precavidos sentimentales {Parte 1 ✔️ y 2}Where stories live. Discover now