42. Pierdete

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¿Cuánto tiempo ha pasado?

Un día

Dos...

Tres...

Cuatro...

Cuenta los años, los meses, las semanas, los días, las horas, los minutos, incluso los segundos en su ausencia.

Cuenta las hojas al caer de los arboles, las ve al volver a crecer y se pregunta si algún día podrá volver a verlo.

Uno... dos... tres...cinco... diez.... veinte días y finalmente alguien abre la puerta iluminando la habitación, que se mantiene lúgubre durante este tiempo para decirle que tiene que comer algo, que sus súbditos lo buscan, los problemas, las revueltas, siempre hay algo que busca alejarlo de aquella cama.

Entonces sale y arregla todo, no le toma mucho tiempo, nada es complicado.

No el importa salir herido por la prisa, que una flecha se clave en su hombro o una espada en su pierna, derrota a miles en cuestión de horas y regresa a sus brazos.

Toca su fría mano, acaricia la palma y viaja por los delicados dedos, besa con cuidado las uñas, reposa su rostro en la mano y lo llama en la oscuridad

— Shizun... Qingqiu ¿No dijiste que volverías?

Nadie responder

— Estoy esperando

El silencio inunda la habitación, como siempre que tiene esta platica

— Abre los ojos, mírame, hare lo que quieras

Luo Binghe respira pesado, aprieta los dientes y cierra los ojos con fuerza, como si con esto pudiera despertar de la pesadilla, escapar de este momento, espera que al abrir los ojos Shen Qingqiu inunde su mirada con él, ese verde claro cobre vida, esos labios se curven hacia arriba, entonces los reclamaría como suyos, seria delicado y cuidadoso, lo dejara respirar antes de volver a besarlo.

Le hará caso en todo, no importa en que, será obediente 

Luo Binghe puede ser cruel con el mundo, destrozar una nación con un dedo y aun así jamás se atrevería a tocar un solo cabello de Shen Qingqiu sin su permiso, puede quebrantar cuantas leyes hayan escritas pero jamás desobedecería una sola orden de su amado, nunca lo haría, porque en este mundo la única opinión que le importa es la de su Shizun.

Por Shen Qingqiu luchara contra su otra parte, la que lo dice que lo encierre, que lo tenga cautivo para su solo disfrute, que mate a todo el que le importe a Shen Qingqiu para así ser el único amado.

Solo aquellos quienes entienden la verdadera fuerza, saben que el combate más duro es contra uno mismo, dominar la irracionalidad, los celos, miedos y control, para priorizar a quien uno valora y no hacerle daño.

Uno mismo es su enemigo.

—Seré bueno — Luo Binghe respira hondo y su labio tiembla aun en contra de su voluntad, mientras traga un poco de saliva que hace subir y bajar su manzana de adán— Haré lo que quieras... lo que sea, me sacare un brazo, una pierna, los ojos, lo que tú quieras si me vuelves a llamar una vez más.

Pero todo sigue en silencio y desea que no sea de esa manera, espera, en la misma pose durante largas horas, nadie responde, la madera a su alrededor incluso se haya silenciosa, los muebles ni siquiera crujen después de absorber calor, todo esta frío, el cuerpo de quien ama y su propio corazón... no hay nada de calor, tampoco consuelo.

Afuera se escucha como unas gotas empiezan a caer y pronto son miles, la lluvia se amontona descontrolada, como si el cielo llorara su perdida, pero Luo Binghe sabe que no es el caso ¿Cuándo los cielos se han apiadado de su vida?

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⏰ Last updated: Dec 18, 2023 ⏰

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