، 🌼 : Capítulo 03

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Jimin se encontraba ya recién bañado con una pijama puesta, su celo había durado cuatro días siendo uno de los más dolorosos, pero algo sinceramente no cuadraba ya que su celo debería de haber llegado hasta dentro de un mes más, pero supuso que hizo mal las cuentas. Jin se quedó con él esos cuatro días, le llevaba agua y comida, ellos como mejores amigos se ayudaban en ese aspecto cuando cada uno entraba en celo.

El omega rubio dio unos leves golpecitos a la puerta, Jimin murmuró un leve "pase" y se enredó de nuevo en las sábanas recién cambiadas.

—Hola pequeño, te traje un té —le sonrió a la vez que dejaba la bebida en la mesita de noche.

—Gracias Jinnie, no sé que haría sin ti.

Dejó un beso en su mejilla con cariño, agarró el té y le dio un sorbo, Jin tomó asiento a un lado de él, tenía que preguntarle ya que la duda lo carcomía.

—Jimin, ¿por qué tu celo se adelantó? —preguntó.

El pelirrojo alzó las cejas —N-No lo sé.

—Tú crees que...

—No Jin, no es eso y por favor no hablemos de esto, sigo cansado —volteó hacia la ventana.

El omega asintió entrecerrando los ojos, porque puede que él haya visto a un alfa en sus mismas condiciones salir huyendo del lugar.

🌼

Al otro lado de la ciudad se encontraba Jungkook terminando de ver las carpetas con fotos de omegas, su celo le había quitado la mayor parte del tiempo y ahora solo le quedan tres días para encontrar a alguien. Cerró con fuerza la última y la tiró al suelo, gruñó harto de la situación, su padre estaba acabando con su paciencia.

Se paró de aquella silla dispuesto a salir de aquella oficina, tomó su saco del perchero y salió. Por la cara de pocos amigos que llevaba nadie se atrevió a saludarlo.

—¡Jungkook! —una voz chillona se escuchó detrás de él.

El alfa se hizo el sordo caminado más rápido de lo normal, si la ignoro se va a ir, si la ignoro se va a ir, se repetía mentalmente hasta que al llegar al elevador la omega ya se encontraba a un lado de él.

Le sonrió falsamente —Hola Hani.

—Hola Kookie —bajó no tan disimuladamente su blusa soltando de sus feromonas.

Jungkook volteó para arrugar la nariz, era el olor más asqueroso que había olido, recuperó la postura acomodando su camisa.

—Quería saber si podíamos salir este fin de semana.

—Lo siento Hani, tengo una semana muy ocupada.

—Bueno podría ser la otra semana —batió sus pestañas.

Hizo una mueca —También estaré ocupado.

Las puertas del elevador se abrieron y de un paso entró, le sonrió apretando los botones rápidamente para alejarse de ella.

—Nos vemos —le dijo antes de que las puertas se cerraran.

Hani era una omega rubia demasiado engreída que le pisaba los talones cada que entraba al edificio, siempre insinuándosele, Jungkook mantenía una distancia considerable para que ella no creyera cosas que no son, se arrepiente tanto de haberle pasado ese bolígrafo.

Las puertas se abrieron dejándose ver la recepción llena de gente, ignoró el hecho de que las miradas de las omegas se posaron en él como de costumbre, estaba tan cansado.

Se fue directo hacia donde había dejado estacionado su deportivo, cerró de un portazo después de entrar, su teléfono vibró y lo sacó de su bolsillo.

Taehyung.
Te tengo a dos omegas dispuestas a acompañarte el domingo, estoy en el café de siempre, te veo acá.

Jungkook.
Tae, ya no las necesito.

Tiró su móvil al asiento de al lado escuchándolo pitar con más de cinco notificaciones, su mirada se posó en una pareja que iba pasando la calle, iban tomados de la mano a la vez que un pequeño cachorro corría enfrente de ellos.

Sonrió triste, el alfa solo quería llegar a casa y que alguien lo esperara con los brazos abiertos, con una cena riquísima, alguien que le dijera lo mucho que lo ama y tal vez unos cachorros corriendo por todo el lugar. A lo mejor no había alguien destinado para él y se quedaría solo el resto de su vida.

margaritas › kookminWhere stories live. Discover now