، 🌼 : Capítulo 21

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Sonríe bobamente viendo a su alfa caminando de un lado a otro por la habitación contestando una llamada importante, no escuchaba la conversación ya que no le interesaba ni un poco.

Colgó suspirando ruidosamente, salió de su trance cuando su marca empezó a picar, frunció el ceño y vio a Jungkook, estaba preocupado por algo.

Se acercó a él tímidamente sentándose a un lado en el mini sillón.

—Alfa, ¿qué sucede? —inclinó su cabeza hacia el frente para poder verlo mejor.

—Tenemos que regresar a casa, pasó un inconveniente en la oficina y necesito estar ahí, lo siento amor, teníamos que disfrutar de esto y lo arruiné —se talló la cara con ambas manos sintiéndose el más miserable.

—No, no, alfa mírame, no pasa nada, mira aquí —señaló su cuello donde su perfecta marca relucía—. Tengo tu marca, ya nada nos hace falta, podemos regresar ahora y luego tomarnos unas pequeñas vacaciones para pasarla juntos, ¿te parece?

—Omega eres el mejor —lo abrazó sintiendo su pequeño cuerpo en sus brazos.

Prepararon las maletas esa misma tarde para salir al día siguiente en la mañana, el omega no quiso preguntar más a detalle porque no quería meterse en asuntos que no le correspondían, Jungkook era su alfa y por lo tanto debería de decirle todo en algún momento por su propia cuenta, ¿cierto?

🌼

—¿Quieres una? —preguntó Jimin tomando una gomita en forma de gusano en sus deditos—. Saben a durazno, son muy ricas y mis favoritas.

Movió de un lado el dulce para llamar la atención de Jungkook que estaba concentrado en la carretera. Hizo un sonido de afirmación, abrió la boca sin despegar la mirada del camino, Jimin ríe bajo acercando la gomita a su boca.

—He probado mejores —dice luego de masticarla.

Jimin abre la boca ofendido, ¡esas gomitas eran las mejores de todas!

—Arrepiéntete —entrecerró los ojos.

—No —se aguantó para no soltar una carcajada por los gestos de su omega.

—Estas gomitas son como parte de mi, si las rechazas me estarías rechazando a mi también, así que te quedas castigado, nada de besos hasta el próximo mes —volteó hacia la ventana con los brazos cruzados.

Jungkook sabía que no sería así.

Cuando llegan a casa se sienten cansados, no les da tiempo en bajar las maletas, de eso se podría encargar alguna de servicio. Y como Jungkook pensó, Jimin venía muy pegado a él besando su mandíbula y dejando pequeñas mordidas, el elevador parecía ir lento, agradecía eso porque así podía sentirlo.

Hizo un camino de besos hasta llegar a su boca la cual atacó con hambre sujetándose de su cuello para no dejarse caer al piso, el fuerte agarre en su cadera lo hizo gemir. Su aroma se expandió en el pequeño espacio, Jungkook gruñó estampando el pequeño cuerpo en la pared de espejo, metió sus traviesas manos bajo su camisa acariciando su piel calentita.

Las puertas se abrieron para su mala suerte, rieron entre el beso, aún con las piernas temblando —porque así lo dejaba Jungkook— salió de aquel espacio.

Había extrañado el lugar, los cómodos sillones, el olor tan impregnado de su alfa en la casa, lo hacía querer estar ahí siempre.

—Deberíamos ir a dormir, todas tus cosas ya están arriba —dijo con emoción.

Mientras ellos disfrutaban del fin de semana, todas sus cosas estaban siendo trasladadas a su nuevo hogar.

—Vamos alfa, tienes que descansar.

Su pancita rugió, pero no quería dejar solo a su alfa así que subió hasta la habitación. Se encargó de meterlo a la cama después de quitarle la ropa y ponerle una pijama cómoda, besó su frente y se acomodó a un lado, cuando estuviera completamente dormido se colaría a la cocina y se comería todo lo que encontrara.

🌼

Menea sus caderas al ritmo de la música de fondo, volteó el perfecto panqueque en un movimiento rápido, picó fruta sin detener el movimiento de sus caderas, cuánto amaba esa canción.

Jungkook llegó sigilosamente a la mesa y se sentó viendo aquella sexy escena, mordió su labio recargando sus codos en la mesa e inclinándose hacia enfrente para ver un poco más, Jimin vestía una de sus camisetas que le llegaban hasta abajo del muslo pero cuando giraba esta se levantaba dejando ver un poco de aquella tela de encaje.

—No creas que no te sentí, alfa mirón —dejó el plato de panqueques frente a él, antes de irse dejó un besito en su cuello.

—De todos modos no quería esconderme.

Jimin se sentó a un lado de él con un plato repleto de comida, Jungkook alzó las cejas pero no dijo nada.

—Te quedaron deliciosos cariño, todo un chef —halagó Jungkook.

—Es lo único que sé hacer, aún se me quema el arroz, espero que no te guste porque no sé hacerlo —bebió de su jugo de naranja—. ¿Irás al trabajo?

—Si, tengo que arreglar el problema por el cual regresamos.

—¿Todo bien?

—Me gustaría decir que si, pero no, hubo un accidente en el área de papelería, no sé como pero hubo un incendio y se quemaron archivos importantes, la información de la empresa, contratos y planos —hizo una mueca.

—¿Hubo algún herido?

Negó rápidamente —Gracias al cielo no había trabajadores cerca, no sé como pasó eso, hay buena seguridad.

—Deben de tener cámaras, ahí debe de salir el o la culpable.

—Sigo sin entender, solo pocas personas tienen la tarjeta para entrar en ese lugar y no todos saben como llegar a esa oficina —pensó unos momentos, alguien que sabe del edificio supo cómo llegar.

—¿Crees que fueron tus padres? —pensó en voz alta.

—Mhmm, no lo sé, ellos no han aparecido hace semanas pero no creo que quieran joderme justo ahora que la policía está detrás de ellos.

—¿Y Jongsuk?

—No, él no sabe ni prender un cerillo, descartado.

El alfa salió después de dejar varios besos a su omega. Cuando llegó a su oficina no estaba muy contento, nadie se acercó a saludarlo esta vez porque sabían la gravedad de la situación y temían ser despedidos.

Si tan solo desde un principio hubiera reforzado la seguridad en esa área nada de eso hubiera sucedido.

Se va directo al área de cámaras de seguridad donde lo están esperando, Taehyung estaba sentado en una de las sillas frente al computador.

—¿Encontraron algo? —se sentó a un lado de él mirando atento la imagen borrosa.

—No, las cámaras fueron tapadas con pintura, pero la numero ocho no, mira —apuntó la pantalla donde la silueta se veía.

Entrecerró los ojos intentando reconocer aquella figura, era muy notable que era una mujer, era alta y delgada, su madre no podía ser, llevaba un traje negro de servicio.

—En la número nueve se pierde y en la once se vuelve a conectar pero solo se ve cuando sale.

—¿Quién mierda será? ¡Nadie sabe la localización de esa área!

Miró a todos los presentes los cuales se mantuvieron callados, era mejor así. Jungkook estaba molesto, su olor se volvió agrio haciendo temblar hasta los demás alfas.

Esto no se quedaría así.

margaritas › kookminWhere stories live. Discover now