، 🌼 : Capítulo 15

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Los toques desesperados en su puerta lo hicieron levantarse de el cómodo sillón donde estaba desayunado. Arrastró sus pies descalzos por el suelo hasta llegar a esta, quitó el seguro y abrió.

—¿¡Nos puedes explicar de nuevo!? —gritó Jin tomándolo de los hombros para sacudirlo.

—¡Queremos saber todo o te encerramos en el baño! —Namjoon los empujó leve para que entraran ya que interrumpían su paso.

Jimin le dio un golpe en la nuca a Jin por la manera en que lo sacudió, regresó a su sillón y tomó el tazón de cereal para empezar a comer con el ceño fruncido.

—Jimin te estamos hablando —dijeron al mismo tiempo.

—Esas no son formas de hablar —aventó un arito de colores en el rostro de Namjoon—. Es muy temprano, ¿no deberían de hacer algo productivo con sus vidas en vez de estar aquí?

—¿Nos mandas ese mensaje y piensas que no vendríamos para que nos cuentes? —Namjoon se llevó una mano a su pecho ofendido.

El omega suspiró comiendo su última cucharada de cereal.

—Jungkook me está cortejando —soltó sonriéndole a su plato.

—¡Yo sabía! ¡Es que ya se estaba tardando! —Jin brincó en su lugar dando palmaditas con sus manos.

—Y eso no es todo, mis padres vienen el mes que viene.

—Muy tarde, su hijo ya tendrá una marca y estará muy...

—Jin cállate —el alfa lo codeó en la costilla, gimió adolorido sobándose esa parte.

Jimin se sonrojó dejando de ver a su amigos para voltear hacia la ventana, había olvidado ese detalle.

—Estoy muy contento por ti, todo esto fue como una película de esas que salen en Netflix, cuando se conocen, se enamoran, formalizan la relación y luego tienen cachorros —tapó su boca con su mano—. ¡Jimin tendrá un cachorro! Seguro se parecerá a él, Jungkook es muy feo.

—¡Oye, Jungkook no es feo! ¡Y no tendré un cachorro que cosas dices! —infló sus mejillas totalmente rojo.

—Ya Jin deja en paz a Jimin, yo sólo venía a enterarme personalmente, me voy porque tengo que desayunar con Ta... digo, nos vemos —salió corriendo de la sala hasta llegar a la puerta.

—¡Tenías que llevarme al centro Namjoon! —Jin salió detrás de él dejando a Jimin confundido.

—Que amigos tan raros tengo, y ni si quiera se despidieron —murmuró caminado hacia la cocina para lavar el tazón.

Se paró en medio de la sala pasando la mirada por el lugar con una mueca, tenía que volver a remodelar, el lugar ya estaba muy aburrido. Arrastró uno de los sillones hasta dejarlo completamente lejos de los otros dos, así le facilitaría el movimiento, la alfombra café claro se notaba algo sucia, la enrolló y la dejó pegada a la pared.

Los sillones pequeños los acomodó a un lado del grande, limpió la mesa ratona con un trapo y un líquido que tenía por ahí guardado que según la etiqueta decía que era para limpiar madera.

Gotitas de sudor caían por su frente pasó su brazo por esta y suspiró dejándose caer en el piso. Su ropa estaba llena de polvo y suciedad.

La puerta volvió a sonar, los toques suaves lo hicieron fruncir el ceño. Se paró sacudiendo su ropa para quitar el resto de polvo el cual cayó al suelo, rodó los ojos, había barrido hace unos minutos. Antes de llegar a la puerta olisqueó el aire, frunció la nariz por el aroma desagradable.

—Mhm, ¿hola? —saludó a la omega parada enfrente de él, la chica se le quedó viendo unos segundos, se removió nervioso por la mirada penetrante de sus ojos color avellana.

—Hola, ¿eres Soohyun? —preguntó ladeando su cabeza.

—No —negó con la cabeza—. Me llamo Jimin, creo que te equivocaste de puerta, el único Soohyun que conozco vive en el piso de abajo tal vez sea la persona que buscas —le sonrió amablemente.

—Que tonta soy, gracias Jimin —se dio media vuelta caminando por el pasillo contrario.

Jimin le iba a decir que las escaleras para ir hacia el piso de abajo eran hacia el otro lado pero mejor se metió de nuevo a su departamento, un escalofrío le recorrió la espalda. Que chica tan extraña, pensó caminando a su habitación para poder darse un baño.

Salió como nuevo con su piel fresca por el agua, recordó que Jungkook pasaría por él para ir a su casa a comer, Chiyo había hecho una rica lasaña la cual le estuvo presumiendo que le quedaba perfecta, ella era una amable persona que merecía tener todo lo bueno del mundo, ahora entiende porqué Jungkook la quería demasiado.

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Con su tenedor tomó una pequeña porción de lasaña, sopló antes de llevarla a su boca, cerró los ojos masticando levemente, era la mejor lasaña que había probado sin duda. Jungkook le limpió las comisuras de los labios con una servilleta, el alfa estaba tan feliz de tener al lindo omega a su lado, su olor era tan exquisito que lo hacía relajarse.

—Esto está delicioso, alfa.

—Me alegra que te haya gustado, bonito. Nana y yo la preparamos —respondió orgulloso.

—¿En serio?

Se acercó a él para inclinarse y tener acceso para poder besar sus labios, el alfa tarareó en respuesta cortando la distancia para atacar sus labios. Cerró los ojos ladeando su cabeza, el alfa dejó una mano en su muslo apretando ahí suavemente. El omega acarició el cabello del contrario, sabía que a Jungkook le gustaba eso.

—Si seguimos así olvidaré lo que tengo que darte —mordió su labio jalándolo entre sus dientes.

—Así estoy perfecto.

—Vamos, omega.

Lo tomó de la mano para pegarlo a su costado y caminar fuera del comedor, Jimin miró a Jungkook unos segundos importándole poco si tropezaba por no poner atención en el camino pero le era inevitable. ¿Cómo un alfa como Jungkook se había fijado en él? Seguía sin entender, él pensaba que estaba en alguna fantasía que en cualquier momento despertaría y se daría cuenta que se encontraba solo, porque vamos, él no era perfecto, no tenía un cuerpo lindo, sus cachetes estaban llenitos, tenía esos molestosos rollitos en sus caderas.

Bajó la mirada al suelo tallando su cara en el brazo del alfa, un pucherito se formó en sus labios, frunció el ceño quitando esos pensamientos, no se pondría triste por eso, si Jungkook lo había elegido a él era porque había visto algo en su persona, magia tal vez.

Jungkook agarró entre sus manos la caja larga de terciopelo, sentó a Jimin en el mueble, sus ojitos brillaban de curiosidad, el alfa se agachó quedando de frente a él.

—Alfa —murmuró.

—Este sería el primero de muchos que te mereces, eres lindo Jimin, demasiado, este collar lo usarás desde ahora —le sonrió—. Así los demás sabrán que estás siendo cortejado y no se acercarán a ti.

Abrió la caja con cuidado revelando el costoso collar de oro blanco, tenía una esmeralda de cinco centímetros y alrededor tenía pequeños diamantes que brillaban por la luz. Jimin boqueó tratando de buscar alguna palabra para expresar lo que sentía en ese instante.

—¿Puedo ponértelo?

—Mhm, si.

Quitó el collar de la cajita y lo pasó por su delicado cuello, Jimin sintió el frío objeto causándole un leve escalofrío, lo abrochó dejando un beso en su cuello antes de separarse. Miró la piedra brillante dándole vuelta en sus dedos.

—Es muy lindo Jungkook, gracias —regresó a su puesto para abrazar al alfa.

—Mi dulce, dulce bebé —cerró los ojos un instante pensando solo en Jimin y en lo lindo que sería tenerlo para él toda la vida.

margaritas › kookminWhere stories live. Discover now